El gobierno no tiene límites a la hora de burlarse de nuestro pueblo. Andan buscando a quién achacarle la responsabilidad de su ineficiencia para lavarse las manos, en un país donde los venezolanos no tienen agua para hacerlo y en el que hay sectores que pueden pasar hasta dos meses sin ver una gota del vital líquido saliendo por sus tuberías.
Como en el tema del agua no pueden responsabilizar a la guerra económica, sus dedos señalan a El Niño. Pero el drástico racionamiento de agua al que estamos sometidos los venezolanos NO es culpa de El Niño. El responsable de que en pleno siglo XXI haya venezolanos que pasan 60 días sin agua o más, es el gobierno.
Los venezolanos sabemos que lo de El Niño es cuento. Que dilapidaron la mayor bonanza petrolera de nuestra historia y no invirtieron en el servicio de agua potable para los venezolanos. El racionamiento de agua en nuestras ciudades y su pésima calidad es consecuencia de un gobierno que en 17 años ha sido incapaz de administrar un recurso tan fundamental. Sencillamente no invirtieron y hoy tenemos todas las empresas de agua potable debilitadas, carecen de recursos técnicos y económicos.
En un país como Venezuela no debería haber una sola familia sin acceso regular a este servicio. Estamos entre los primeros países del continente en reservas acuíferas y a pesar de ello se prevé que para el 2025 seremos una “zona de escasez de agua económica”, pues por falta de inversión en infraestructura y mala gestión de gobierno no tendremos la capacidad de aprovechar este recurso.
Por falta de inversión no se han incorporado nuevas fuentes al sistema desde octubre de 1998. En el caso de Miranda, por ejemplo, exigimos la verdad sobre el sistema Tuy IV. Necesitamos saber cuándo terminarán el embalse de Cuira y la ampliación de Taguaza.
En materia de saneamiento, destaca que por falta de inversión Caracas sea la única ciudad capital en América Latina cuyas aguas negras se vacían casi sin ningún tratamiento al Mar Caribe.
Quien no tiene acceso al agua ve deteriorada su calidad de vida y tiene que aguantar que, para colmo, el gobierno se burle en su cara, hablando de un “PLAN DE ABASTECIMIENTO”, que no es más que un plan de racionamiento, que a quien castiga más fuerte es a nuestro pueblo más humilde.
En plena crisis económica, los más pobres pagan 1000 veces más el valor del servicio de agua. Prefirieron comprar cisternas, le pusieron los nombres de los gobernantes de turno para someter a nuestro pueblo con su “política de pipotes y cisternas”.
Este gobierno, que se dice humanista, parece haber olvidado que el acceso al agua potable es un derecho humano fundamental decretado por la ONU, que muchos venezolanos no tienen cubierto por su irresponsabilidad.
Se llenan la boca asegurando haber alcanzado las Metas del Milenio en materia de agua potable, pero según la encuesta de condiciones de vida realizado por la UCV, la UCAB y la USB, 39,2% de los habitantes del país no recibe agua todos los días. Y si no, que le pregunten a nuestro pueblo la magia que tiene que hacer para rendir el agua, cuando les llega.
Los responsables tampoco hablan de la calidad del agua y mienten al afirmar que la misma pasa por un tratamiento de potabilización. Basta que cualquiera abra un grifo en su casa en cualquier zona de nuestra Venezuela para que el olor y el color del líquido que llega, evidencie la falta de tratamiento.
Hay que preguntarle al ministro Paiva: ¿Qué ha pasado con la inversión relacionada al desarrollo de la capacidad de almacenamiento y distribución del agua? Sabrán los responsables que a medida que la población crece deben aumentar los servicios, obviamente no, pues hace al menos 18 años que en el país no se construye un embalse, cuando la meta es que se construyan dos embalses por año.
Estamos en la peor crisis económica de nuestra historia con la peor crisis de acceso al agua y este gobierno tiene que responder.
Los diputados del cambio llegamos a la Asamblea Nacional a trabajar para que nuestro pueblo pueda mejorar su calidad de vida y en el caso del agua velaremos para que se le destinen los recursos necesarios. También desde aquí, haremos contraloría para que los recursos se inviertan adecuadamente y no se desvíen.
Los venezolanos hemos demostrado que juntos y con voluntad podemos sortear cualquier obstáculo y la excepción no será la búsqueda de soluciones para resolver la crisis del agua.