Juan José Moreno A: Los zapatos del ministro son de cartón

Juan José Moreno A: Los zapatos del ministro son de cartón

Si existe una competencia interna entre la dirigencia del gobierno y de su partido, es esta que se manifiesta cada momento por su empeño en vomitar ante los micrófonos y cámaras puestas a su disposición, las expresiones cada vez más cínicas y brutales que jamás hayamos escuchado de personas a las que les correspondería dirigirse a todo un país que desde hace mucho rato dejó de ser pendejo.

Solo en la semana que culmina hemos tenido la oportunidad de escuchar, entre tantas, especialmente tres que han atrapado nuestra atención y las que no sacan de quicio; pues en medio de la severa crisis general de empobrecimiento y escasez que sufre la población, personajes por demás representantes fieles de la tipología chavista, tienen el tupé de insultarnos con sus apreciaciones sobre la trágica realidad del momento.

Uno de ellos, el ministro de la Vivienda, Ricardo Molina, por su desfachatada declaración a representantes de los medios, ante quienes culpó al pueblo por la escasez de la diversidad de productos de consumo masivo, por nuestro supuesto consumismo que nos llevaría a la despilfarradora y mala costumbre de adquirir hasta “cinco pares de zapatos al año”. Usted, amigo lector, ¿se lo imagina, o no será que esa es la costumbre del propio ministro y se las quiere endilgar a los venezolanos “de a pie” que requerirían renovar sus calzados con acentuada frecuencia, o es que se imagina que los zapatos que compra el pueblo son como los de Manacho que, como reza la canción, “son de cartón”? Sólo así podríamos pensar, que con los salarios de hambre de la mayoría de la población, su afirmación sería posible. Y como olvidar la infeliz expresión en parecido sentido de la ex de todo, Jackelin Faría, sobre las “colas sabrosas” en los supermercados.

Otra que se ganó la “Medalla de Cartón” con su declaración sobre el presunto y muy cacareado consumismo de la población, esta vez en relación con medicamentos y artículos para el aseo personal, de la ministro de la Salud, Luisiana Melo, para quien la escasez de crema dental obedece a la mala costumbre, según ella inducida por el capitalismo salvaje, de cepillarse los dientes tres veces al día. Asimismo, que los productos farmacéuticos escasean porque los venezolanos estarían consumiendo más de lo que realmente necesitan.

Pero lo que “rompe el celofán”, en materia de cinismo y desfachatez, en cuanto a la situación reinante en las cárceles del país y de manera especial con lo ocurrido esta semana en Margarita, es con la actitud y declaraciones a la prensa por parte de la reincidente ministra de régimen penitenciario, Iris Varela. Esta si es verdad que se pasó, cuando afirmó con su cara “bien lavada” y sus cabellos mejor “peinados”, que las modernas armas exhibidas por los presos en la azotea de la cárcel de San Antonio para demostrar su poderío, con motivo del asesinato de “El Conejo”, vienen, nada menos de lo que ella y sus compinches de partido llaman la Cuarta República y, además, que esa prisión donde los “privados de libertad” realizaron lo que constituyó una auténtica demostración de fuerza y que, junto con otras acciones vandálicas en la isla por parte de delincuentes estremecieron a la población margariteña y a todo el país, es precisamente una cárcel “pacificada”. ¿Ah? Entonces no preguntamos, ¿si la de San Antonio es una cárcel pacificada, cómo serán y qué estará sucediendo en las otras no pacificadas?

De paso, el cínico mayor, ese que a estas alturas todos conocemos por su obra, convertido en el gran inspirador de todo este tipo de expresiones y comportamiento de sus subalternos, no tardó en dar su espaldarazo a esta “insigne” funcionaria que citó como un ejemplo de eficiencia en el manejo de la institución carcelaria del país. Y vaya si es precisamente el Presidente el máximo exponente de esta conducta objeto de nuestros comentarios, que con el expediente de fracasos como jefe del Estado que exhibe, y que convierte al país en víctima de su fatal gestión, ha tenido el tupé de presentarse ante la representación de países latinoamericanos reunidos recientemente en Ecuador, para aconsejarles la adopción de estrategias para definir los nuevos rumbos de la región en materia económica y social, y apenas de retorno en Venezuela, convocar a los beneficiarios de la Misión Vivienda, a que no solo protesten sino que se “rebelen” (es decir, que salgan ala calle a pelear) para evitar que prospere la Ley de la nueva Asamblea que permitirá otorgarles su título de propiedad a los adjudicatarios de estas viviendas. ¿Cómo les parece? ¿No es acaso como para expresar, al igual que aquel famoso personaje de la comicidad en Venezuela, Goyo Repollo,”No mejora nada el enfermo?

@JJMorenoA

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