Los inventarios de harina de trigo para panaderías y para la fabricación de pastas en el país alcanzan hasta finales de febrero. Así lo señaló Juan Crespo, presidente de la Federación de Trabajadores de la Harina (Fetraharina) quien apuntó que el sector es parte de la crisis alimentaria que vive el país y que pone en riesgo no solo 80 mil puestos de empleo, tanto directos como indirectos, sino la garantía de alimentación a los venezolanos, con productos derivados del trigo.
Nota de prensa
“Se agudiza una escasez de rubros como pan, pasta y derivados de la harina y hacemos un llamado a diputado Julio Borges que declaró que en la Asamblea Nacional se instalaría todo lo relativo a alimentación y al presidente de la Comisión de Desarrollo Social, diputado Miguel Pizarro, para que nos atienda a dirigentes sindicales y ponerlo al tanto de la situación” dijo.
En rueda de prensa con representantes sindicales de las principales empresas y molinos del país, Crespo señaló que no solo los molinos, panaderías y pastificios están en riesgo sino empresas conexas que trabajan con alimentación y de las cuales muchas tienen capital de trasnacionales. Adelantó que al menos once líneas de producción de galletas se paralizaron en el país.
Agregó que un alimento básico, como el pan tipo canilla, podría costar hasta Bs.250 por el alto costo de la harina de trigo, cuyo saco de 45 kilogramos llega a costar hasta Bs.5.500 y que la carencia no solo se remite al trigo sino a otros productos como levadura y azúcar. De igual forma, manifestó que la solución estaría en manos del Gobierno nacional, quien maneja dólares necesarios para efectuar las importaciones.
El sindicalista expuso que la única empresa gubernamental encargada de traer trigo al país, Corporación CASA, importa esta materia prima procedente de México, producto que “no posee ni el color ni las proteínas necesarias para la fabricación de pastas” por lo que las empresas hacen milagros para producir un alimento de buena calidad. “Si a eso le suman el tema de los repuestos para la maquinaria, que son importados, consideramos que la situación pasa más allá de una emergencia” declaró.
Manifestó que los procedimientos para surtir de trigo a las empresas no son inmediatos, porque iniciaría con la asignación de dólares, la compra a países como Canadá, México, Brasil o Argentina y el traslado, además del proceso de nacionalización de traslado a los silos para limpiarlos y optimizarlos. “Todo esto ocurre por una burocracia generalizada, que afecta a los trabajadores y a los venezolanos en general”.
Señaló que también hay problemas severos con respecto al cumplimiento de beneficios laborales a los trabajadores, a quienes les dejarían de lado el reconocimiento de horas extras, así como otros pagos lo que hace que obtengan un sueldo inferior y no puedan cubrir sus necesidades familiares.