Este debate sobre cuál debe ser la solución constitucional para el reemplazo del régimen del Ilegitimo, ha suscitado las mayores controversias. Obviamente el criterio que todos señalan para escoger cual debe ser la solución se basa en el tiempo que se llevaría hacerlo.
A pesar que todos estamos de acuerdo en que debe ser lo más pronto posible, ese criterio además de simple puede conllevar a que en lugar de resolver el problema lo agrave si la solución no lleva aparejada una respuesta posterior y estructurada de la crisis. Esto se puede ver mejor con un ejemplo sencillo.
Si una persona sufre un accidente grave y se está desangrando en la calle, los paramédicos detienen el sangrado en el sitio para que este no se muera, pero esto de ninguna manera constituye la solución. El paciente debe ser internado en un hospital para que sea intervenido, y luego de una necesaria convalecencia pueda continuar con su vida.
En cierta medida eso es lo que le pasa a Venezuela. Debemos detener el desangre que constituye el régimen de Nicolás Maduro. Pero esa solución no puede pasar porque no llevemos el paciente al hospital. Porque si creemos que con ponerle un torniquete es suficiente y lo mandamos para su casa se muere por infección o gangrena.
Lo que sucede aquí es que muchos piensan que el tema de Venezuela no es estructural, que Chávez y Maduro son malos gobiernos que deben ser sustituidos por los caminos normales de una democracia. Y lamentablemente se equivocan. Unos por desconocimiento del devenir histórico de nuestro país y otros por clara conveniencia.
A los primeros los puedes convencer con argumentos y discusión seria porque no tienen intereses escondidos y sólo buscan como nosotros una solución al problema. Es de los otros de los que tenemos que cuidarnos porque no son fáciles de reconocer.
El problema es que no hemos podido aun evitar el desangre, no ha llegado la ambulancia con los paramédicos y muchos estamos tratando de convencerlos a ustedes todavía que por la gravedad que presenta el país, el paciente debe enviarse a un hospital cuando la muchedumbre corea cual seguidores ciegos a aquellos que interesadamente esgrimen que lo lleven para su casa. ¡Qué desesperación!
Pero el desangre de este paciente es aún peor, porque no devino de un accidente sino por una enfermedad que tiene muchos años, digamos que más de 200, y que ahora presenta sus manifestaciones terminales si no corremos con él a un hospital.
Ahora bien, visto claramente el ejemplo, lo que aquí no se discute es que hay que parar de inmediato el choro de sangre que esta más que representado por un pueblo que se muere de hambre, enfermo en los hospitales por falta de comida y medicinas, sino lo que hacemos con él DESPUES.
Muchas apetencias se han despertado al ver la posibilidad de salir del régimen, lo que le ha dado continuidad a la enfermedad que lo condujo a esa situación, que retrasan gravemente que se aplique el debido tratamiento inmediato. Y todas pasan por aquello que dice que primero debe “mandar la oposición” antes de cualquier otra cosa.
Esa es una aproximación errada y muy interesada el problema, además de peligrosa e irresponsable. Puede ocurrir que el paciente se agrave y se muera antes de eso. Esa muerte la representaría que venga alguien y se haga cargo abruptamente del problema, sin que medie la opinión de nadie. Puede ser un “golpe bueno” o malo según nos toque en suerte (ver El primer “golpe bueno” de Jesús Petit Da Costa en http://jesuspetitdacosta.blogspot.com/2016/02/el-primer-golpe-bueno.html). Algunos factores juegan esa carta, pero antes que ocurra habrá una conmoción civil por hambre, con los consabidos muertos como consecuencia. ¿Será eso lo que están esperando? ¿Habrá aquí que jugar a la lotería para ver si nos sacamos un “golpe bueno”?
En mi anterior nota (ver Enmienda y Constituyente en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/02/enmienda-y-constituyente.html) razono porque creo que la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente por parte de la Asamblea Nacional es la solución más breve y conveniente en las actuales circunstancias para abordar con éxito el problema, que incluye no solo el torniquete para evitar el desangre sino el tratamiento hospitalario posterior correspondiente.
Sin embargo el Presidente de la Asamblea Nacional insiste en que la enmienda es la solución, sin razonar con el país el porqué las demás no cuentan para ellos: “El presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup (MUD) mostró su apoyo a la idea de una enmienda constitucional que reduzca el periodo presidencial y elimine la reelección indefinida….Ramos aseguro que “hay que buscar el mecanismo más simple, eficiente, seguro, y menos gravoso” para poner fin al actual Gobierno.” (ver Ramos Allup apoya propuesta de enmienda constitucional http://www.elmundo.com.ve/noticias/actualidad/parlamento/ramos-allup-apoya-propuesta-de-enmienda-constituci.aspx).
Pero todos sabemos que ese mecanismo no es precisamente una enmienda a la Constitución. ¿Qué significan los términos “simple, eficiente, seguro” para Ramos? Puede ser que sea efectivamente más “simple, eficiente, seguro” hacer una enmienda a la Constitución en la Asamblea Nacional pero como solución no es de ninguna manera más “simple, eficiente, seguro” para que los venezolanos veamos sus resultados –que es lo que efectivamente queremos- y por supuesto que es la más gravosa en términos de la espera para que se haga efectiva como solución. Mientras tanto el país está en la calle desangrándose…
Haber decidido de antemano que esa es la vía y punto, sin más explicación o debate de algo que nos compete a todos los venezolanos, lo que hará será agravar más la situación de desangre descrita. Todos los años que han pasado y aun los factores políticos no han comprendido que no son los dueños de Venezuela y que esa actitud es precisamente la que condujo a que los venezolanos, sin encontrar otra salida en 1998, eligieran a Hugo Chávez Presidente de la República. ¿Era culpable la estaca si el sapo saltó y se ensartó? ¿Quiénes nos llevaron hasta allá? ¿Por qué los venezolanos vieron en un golpista la solución de nuestra crisis en esos años -que aun no se ha resuelto- y es mayúscula ahora? Esas son preguntas muy difíciles y Henry Ramos Allup sabe mucho acerca de las respuestas a eso.
Pues bien, si esa Asamblea Nacional que fue electa en votación plebiscitaria el 6D con el UNICO fin de sacarnos de este problema, no entiende o no desea interesadamente entender, que la solución de Venezuela ES ESTRUCTURAL y que pasa por rehacer -desde lo más simple hasta lo más complejo- las bases mismas del sistema político para construir la ciudadanía necesaria para exigir desde que se recoja la basura en los municipios, pasando porque haya comida en los abastos y medicinas en las farmacias y hospitales, con un sistema de salud decente, hasta federalizar al país para que las regiones de Venezuela sean dueñas de su propio destino, y darle a los ciudadanos la calidad de vida que la Constitución garantiza, entonces esa misma Carta Magna les da la posibilidad a los mismos ciudadanos de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario por iniciativa popular para enfrentar el problema que todos sufrimos.
En Venezuela existe la inteligencia legal y organizativa capaz de convocar al soberano en los términos que la Constitución establece para que por iniciativa popular se convoque al Constituyente tal y como lo indica el Artículo 348 de la Constitución. No solo los partidos organizados la tienen. Y esto no significa que ellos no participen. Al contrario más bien deberían hacerlo acompañando a los ciudadanos en esa iniciativa de reconstrucción, reconciliación y paz, con el consiguiente Pacto Social que nos reunifique en una nueva Constitución. La situación del país amerita que todos nos convoquemos para eso. Si los señores diputados de la Asamblea Nacional no han entendido el mensaje del 6D, no me cabe la menor duda que el pueblo de Venezuela si entiende por qué les dio ese mandato. Ya se acabó el tiempo, si no llevamos entre todos a Venezuela al hospital se nos muere…
Caracas, 8 de Febrero de 2016
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