¿Y si pedimos a Miley Cyrus que postule a la presidencia? Por @nancyarellano

¿Y si pedimos a Miley Cyrus que postule a la presidencia? Por @nancyarellano

ThumbnailNancyArellanoo de la banalidad política peruana

La banalidad de la campaña electoral es el pan de cada día: se estableció un perfil único de elector y los candidatos pretenden ganar como estrellas de pop de un reality americano: por su personalidad y ocurrencias. No se trata de que se tiene que construir una candidatura “a la medida” del electorado, sino que deben realizarse estrategias para acercar la propuesta política a los diferentes tipos de electorados.

Los temas importantes quedan de lado, las promesas ridículas tienen voz, los perfiles de los candidatos se dibujan y desdibujan en los medios como si se tratara de artistas del pop que se relanzan. Recuerdo a Hanna Montana y el paso a Miley Cyrus. De la “niña buena” del country con un programa que promovía valores en la adolescencia, a la irreverente y contestataria Miley. Del Dr. Acuña a ¿Mr. Plagio-lucho-por-los-derechos-de-las-minorías? al asimilarlo a M. Luther King.





Keiko Fujimori está calladita, sólo atina a señalar comentarios leves como para aparecer entre las citas a la coyuntura. Está enfocada en “su campaña” de tierra y tiene serias debilidades en el discurso para aglutinar grupos de interés. No obstante capitaliza de la caída de “Martin L. Acuña”.  Quizás — y es lo más lógico— va a recrudecer la ofensiva en segunda vuelta, y sólo está ahorrando gasolina. Igual está el tema de los grupos de interés —tipos de elector—, fundamental en la sociedad actual.

Otro que ha aplicado el plan de ahorro energético, es Alan García.  No ha propiciado afrentas, sino está enfocado en la campaña tierra. No ha recurrido a grandes spots, ni plan de redes, sino un montón de interacciones espontáneas que no enfilan sino que simpatizan entre grupos allegados al aprismo y al PPC. ¿Qué podemos esperar allí? esperar.  El voto aprista es particular, pero tampoco contaría con repetir la estrategia 2006, han pasado —y no en vano— 10 años. García debe ampliar su verbo, no basta su demostración de sapiencia y discurso que apela a la “autoritas“. La gente, los jóvenes y jóvenes adultos, suman hoy el 52,54% del electorado, y van más por el liderazgo por respeto que por la apuesta al liderazgo por autoridad.

Me explico mejor con Acuña, él sigue con su práctica “como cancha” y está enfocado en la defensa luego del tema de los plagios. La defensa ha sido compararle con “M. Luther King” el único detalle es que Luther King asumió una bandera y era activista político. No dueño y rector de una Universidad, ni candidato a la presidencia de Estados Unidos.  El doctorado de Luther King no era lo que le daba licencia para hacer activismo. El de Acuña es su licencia para ser rector universitario y su valor ético, para el sector, está en la dotes intelectuales y académicas. No era así para Luther King. Si las artimañas le valieron para hacerse se un estatus en el sector académico. ¿Podemos pensar que no usará artimañas para el sector público? El poder discrecional, a juicio propio, que tiene el Ejecutivo (la presidencia y gabinete) es amplio en el uso de los recursos públicos. ¿Qué valores revela el Sr. Acuña? Es la pregunta a responder.

Del Sr. Guzmán tenemos un tecnócrata que sabe mucho de programas de cooperación internacional, pero poco de política y procesos electorales. En tal sentido, una campaña decente en redes y que ha pescado de la antipolítica del defraudado y de la apolítica del asqueado. El primero no cree en los actores políticos tradicionales porque no “le-han-dado-respuestas” pero aún quieren esas respuestas, esperan algo del Estado. Los apolíticos no creen ya en el sistema, y consideran que ellos-labran-su-futuro, por lo que un Estado tecnocrático les es cómodo, sin ver las implicaciones que tiene esto en términos de armonía social (seguridad física, estabilidad política y económica). En todo caso las torpezas en cumplir los procesos ante los organismos electorales (JNE) dejan ver falta de orden y estructura política en el partido morado. No obstante sigue pescando con un 20% según Datum. Y como nadie se ha enfilado seriamente a los grupos de interés, si logra sortear al JNE puede ser un rival de temer, por ausencia de estrategia segmentada de la clase política de vieja data.

De Barnechea podemos decir que ha mantenido un discurso elitista y académico, uno que poco cala en la población masiva. Además sin dejar ver la simpatía que se requiere en política.  Para muestra sus declaraciones sobre la César Vallejo luego del incidente del plagio. “No dejaría que mis hijos estudien en la UCV. Quiero que mis hijos se eduquen con calidad mundial” fue la idea central, pero ¿qué hacemos con los actuales estudiantes? Nuevamente responde de forma elitista. El Sr. Barnechea probablemente sea el candidato mejor formado, académicamente, pero aún le falta la conexión con los diversísimos sectores populares. Tampoco segmenta, ni logra un discurso “variopinto” que conecte. Toledo, tampoco ha logrado posicionar su mensaje diferenciador. Sigue al estilo Hanna Montana, pero sin cantar country y rueda aún el “selfie” con ECOTEVA a cuestas.

Al final los personajes asiduos siguen mirándose al espejo. Los nuevo dan pataletas y espectáculos pero tampoco logran adherir en propuestas. Si hago una rápida revisión por el Politingâ como disciplina de comunicación política, entre candidatos tenemos:

Marketing Político Renovado:  Ninguno aplica la segmentación por grupos de interés coordinada, por lo que no hay identificación por características comunes, impacto económico e identitario. Han dejado de lado: Cultura, Infancia, Educación y Minorías dentro de los mensajes y como grupos específicos en la actualidad. Tampoco hay mapeo de líderes por grupo como voceros. El que ha hecho un uso timorato es Guzmán, con las redes, pero su efectividad no pasa del 4% por post.

Comunicación de Políticas Públicas: Las propuestas de los planes de gobierno son escuetas, no plantean claramente qué políticas se amarran entre sí y cuál es el impacto directo e indirecto sobre los bolsones poblacionales. Ningún plan, sin excepción, dibuja el Perú que visionan los candidatos y sus partidos. Todos son documentos larguísimos, el más corto es el de Fujimori, que aunque hubiese podido ser más gráfico, recae en tecnicismos y racionalismos excesivos para hacer de éste un elemento de comunicación.

Marca País o CityBranding: Ningún plan de gobierno tiene un objetivo específico en un rubro que luego desprenda líneas de acción específicas para los sectores involucrados. Varias veces he señalado que no plantean qué será Perú y cuál será su posicionamiento competitivo a nivel mundial. El único que se ha acercado es Barnechea con el tema energético, pero su acercamiento al tema es errado comunicacionalmente. Guzmán plantea tantos cambios que no sabemos por dónde empezará. Alianza Popular, García, plantea un análisis interesante pero nuevamente cargado de tecnicismos y con fallos importantes en focalizar la visión. Se desgastan en explicaciones sin tener “gancho” y dibujar “imágenes” en el electorado de cuál es el Perú de la Alianza.

Gestión del Conocimiento: La data fehaciente y el contacto con las Think Tanks especializadas es casi nulo. Empezando porque los planes no han realizado el mapeo poblacional para las propuestas y eso se ve claramente en la falta de enfoque único del cual se desprenda la integración de demandas.

Gestión de Carrera: Los viejos actores tienen todos “mochilas” a cuestas que no han logrado sortear definitivamente. El gobierno de A. Fujimori para Keiko. El caso narcoindultos y corrupción para García. Ecoteva para Toledo. PPK y el lobby americano. Mendoza y su cercanía con una izquierda improductiva a nivel mundial. Guzmán y la cercanía con Israel, Yambal etc. Algunas matrices son infundadas, estamos claros, pero no han logrado revertirlas con éxito y anuencia pública. Otro fallo de comunicación política.

Si no se corrigen los errores y debilidades, quizás convenga invitar a Miley para al menos disfrutar de un show a todas luces.

 

#SeguiremosPensando

Nancy Arelano

@nancyarellano