Que mala idea la de Maduro intentar construir su Playa Girón poniendo rodilla no en tierra, sino en arena movediza con esto de ir contra la Polar y Lorenzo Mendoza. Quién habrá sido el malandro con toga y birrete que le puso sobre el escritorio el decreto de intervención de la empresa que tiene la más elevada aceptación de los venezolanos, incluidos los que visten de rojo. Según me dicen tiene varios deshojando la margarita de si lo firma o no.
Ninguna de las miles de empresas expropiadas por el Galáctico sirve hoy en día para nada, en particular todas las vinculadas directa o indirectamente a la producción de alimentos. Agroisleña, una de las más emblemáticas, es hoy una ruina. Los galpones industriales de los estados centrales del país son un inmenso cementerio y albergue de menesterosos que recuerdan las imágenes pintadas por el “nicaragüense” Victor Hugo en Los Miserables. Las haciendas y hatos expropiados dan l?tisma. Pero su heredero no se quiere quedar atrás en la épica depredadora de su progenitor y procede a mostrarle los dientes a la más grande le las empresas alimentarias de la nación. El tío de los narcosobrinos no está conforme con la caída del 10% de PIB y quiere añadirle para este año el 5% que representa Polar para la economía nacional.
El esposo de Cilita sabe el riesgo que corre con una decisión de esa naturaleza. Él tiene limitaciones cognitivas, son proverbiales. Pero no es loco, por eso esperamos que no le meta los dedos a los enchufes interviniendo Polar y apresando a Mendoza. Su estrategia política de orinarse sobre la Asamblea Nacional cada vez que puede para desmoralizar a la gente que pide a gritos su renuncia no le ha resultado. Como tampoco le servirá esta de emplearse a fondo contra la Polar y su dueño para justificar el espantoso desabastecimiento que siembra el hambre en cada rincón de nuestra geografía. ¡Cuidado! Este pueblo está de a toque.