Para enfrentar la mega crisis que tiene sumido en la desesperación al noble pueblo venezolano, hay que comenzar por la reivindicación de un valor fundamental para la existencia como es la “verdad”. Ya basta de la imposición y propagación de la mentira entronizada por el régimen forajido para construir un relato falso, este es el modo de proceder de los bandidos, que en su alma no atisban ni un gramo de grandeza, siendo el enemigo mayor que distorsiona a la sociedad democrática. Digámoslo de una vez sin tapujo, este socialismo del siglo XXI fue desde el primer año de los 17 en el poder, un neofascismo.
Cuando en las Democracias se presentan las recurrentes crisis propias de un sistema que admite la diversidad de pensamientos y acciones, esto jamás será fin de mundo, porque para ello se disponen de mecanismos democráticos que permiten activar las válvulas que evitan justamente la explosión de las ollas de presión.
El 6D fue un momento estelar para dirimir una gravísima crisis de gobernabilidad y fracaso gubernamental en todos lo órdenes y se votó una Asamblea Nacional que si hacemos la lectura correcta pudiéramos afirmar que tiene un mandato cuasi constituyente. Lo procedente es que esta AN cumpla con sus funciones de Poder Público autónomo, pero en lugar de dejar que se canalice la crisis por la vía institucional, el régimen forajido temeroso de las consecuencias de sus tropelías se alza contra la soberanía popular con el despropósito de un TSJ espurio, que aviva la ira del pueblo.
Vemos claro que lo que busca el régimen es el advenimiento de un gobierno de gorilas que taparee los delitos de quienes se gozaron el poder de malas maneras. Esto no va a suceder porque la jugada muestra las costuras y los demócratas estamos persuadidos que lograremos sortear la mega crisis institucional por vías pacificas y constitucionales. El soporte de nuestra fuerza es el mayoritario respaldo de un pueblo harto, que aspira ser conducido por una nueva generación de políticos.
Rememoramos hoy el 14 de febrero de 1936, la manifestación cívica más importante del siglo XX, el primer acto de masas en defensa de sus derechos y clamando por mayores libertades, contra los intentos de López Contreras de preservar, con cierta atenuación, los procedimientos del régimen dictatorial de Juan Vicente Gómez. El Gabinete había suspendido las garantías y establecido la censura de prensa y la prohibición de reunirse tres o más personas.
Jovito Villalba proclama el triunfo del pueblo que despierta después de 27 años de tiranía, cuando salió a la calle durante la histórica marcha de la UCV hacia Miraflores, estas situaciones no se daban durante el caudillismo decimonónico, hasta 1928, cuando emerge la generación excepcional y se inventa la política.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
@JulioCArreaza