José Luis Zambrano Padauy: Somos un país exportador… pero de Zika

José Luis Zambrano Padauy: Somos un país exportador… pero de Zika

ThumbnailJoseLuisZambranoPadauyAbrir un periódico en Venezuela se convierte en un destornillado, irascible y desconcertante acercamiento a un sinnúmero de contradicciones ganadas a pulso; con la desenvoltura del descaro convertida en ley y el alboroto de un Gobierno sin la menor idea de cómo desenredar la madeja económica que atosiga hasta al más desentendido ciudadano del país.

El plan presentado como decreto de emergencia económica es a todas luces una burla a las angustias y padecimientos diarios, cuya única intención es aparentar tener una solución de laboratorio y sólo seguir acentuando este desquicio con gastadas parafernalias políticas.

No conforme con todos los destrozos generados a la nación, ahora los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia -con una totalidad de miembros provenientes del séquito socialista del Gobierno- , le dan validez a un decreto que sólo puede tener vigencia si cuenta con la venia de los poderes legislativo y judicial.





Con ese exceso de autoridad tan desmedido, estos silvestre magistrados incurrieron en graves e inexcusables faltas al desconocer la autoridad de la AN, pudiendo acarrear a la postre con su destitución.

Este dislocado desespero gubernamental por accionar el tan mentado decreto, pareciera erigirse como una solución de calendario, para ganar tiempo e idear algún artificio de opinión pública. No terminan de comprender que cuando a la gente el hambre le toca a la puerta, ya no comen con historias de ciencia ficción ni con frases gastadas sobre justicia para el pueblo.

Lo más peculiar de esta tragicomedia ideada en las mentes obtusas de este comunismo a destiempo, resulta la propuesta de políticas de exportación, cuando lo producido para el consumo interno no alcanza, el número de empresarios ha menguado y dependemos sobremanera de los comestibles importados.

Ante tanta dilación y desinterés real en apuntalar el aparato productivo nacional, debe reconocerse que en otros ámbitos podría afirmarse que somos un país exportador. Con sólo hurgar en los noticieros del orbe, observamos de forma ominosa cómo llevamos a otras latitudes el tan despreciado virus del Zika. Ya le hemos otorgado a China, Perú y Argentina sus primeros pacientes con este mal, con un resonante escándalo sanitario que ha puesto hasta en vilo la realización de las Olimpíadas de Brasil por tener esa nación un número cuantioso de casos.

Mientras la Organización Mundial de la Salud emite una alerta epidemiológica y una emergencia global, para el venezolano común el hablar del Zika es como una gripe de una semana, curada con remedios caseros y soluciones de la abuela, pues la consecución de analgésicos en las farmacias es una tarea imposible.

Para muchos especialistas el número de ciudadanos en el país que han contraído este peculiar mal en los últimos meses sobrepasa los 200 mil, siendo de preocupante interés las mujeres embarazas con peligro de nacer el infante con microcefalia o el hecho de mutarse posteriormente en un Guillain-Barré.

Recientemente la AN declaró “crisis humanitaria de salud” por la grave escasez de medicamentos, insumos médicos y deterioro de la infraestructura sanitaria, con una desestimada posición del Gobierno sobre el tema y una población anhelante de soluciones.

Por ahora lo más alarmante de nuestras exportaciones, estriba en el talento humano ido a otros territorios del mundo, el cual será requerido en el futuro para la reconstrucción nacional.