El republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton parten como favoritos para la gran batalla del supermartes, cuando EE.UU. celebra una docena de elecciones primarias estatales para elegir a los candidatos a la Casa Blanca.
Por Pedro Alonso/EFE
El magnate inmobiliario y la ex secretaria de Estado afrontan con el viento a favor de las encuestas la crucial jornada electoral de este martes, en la que ambos aspirantes podrían dar un golpe de autoridad y allanar mucho el camino hacia la candidatura presidencial.
Según un sondeo a nivel nacional publicado hoy por la cadena CNN, Trump consigue el apoyo del 49 por ciento de los votantes republicanos en la pugna por adjudicarse la nominación del partido de cara a las elecciones del próximo 8 de noviembre.
El polémico multimillonario aventaja en más de 30 puntos a sus más directos rivales, los senadores de origen cubano Marco Rubio y Ted Cruz, que le van a la zaga con una puntuación del 16 y el 15 por ciento, respectivamente, y que en los últimos días han intensificado sus ataques al magnate con el fin de socavar su credibilidad.
Entre los votantes demócratas, Clinton cosecha un respaldo del 55 por ciento, a una amplia distancia de su adversario, el senador Bernie Sanders, quien obtiene el 38 por ciento.
Trump, cuya popularidad ha tomado por sorpresa a la clase política y los medios de comunicación de EE.UU., celebró hoy los resultados del estudio de la cadena televisiva en un mitin en Virginia, uno de los estados que este martes acude a las urnas.
“La CNN acaba de publicar una encuesta. Me ha sorprendido incluso a mí. Trump, el 49 por ciento. !Guau!”, afirmó el empresario, quien criticó a Clinton al señalar que su candidatura no genera “entusiasmo”.
El mitin del multimillonario, por cierto, se vio trastocado por una protesta del movimiento “Black Lives Matter” (“Las vidas negras importan”) y un altercado entre un fotógrafo y un guardia de seguridad del magnate.
Por su parte, la ex secretaria de Estado hizo hoy campaña en Boston, en el estado Massachusetts, que también participa en los procesos electorales del supermartes.
“Estados Unidos nunca ha dejado de ser grande”, dijo la ex primera dama ante sus seguidores, en alusión al conocido eslogan de Trump “Haz a Estados Unidos grande de nuevo”.
El supermartes es el día en el que más estados votan a la vez en las elecciones primarias de Estados Unidos, y se reparten esa jornada 595 delegados republicanos y 865 demócratas que validarán al candidato a la Presidencia en las convenciones nacionales que ambos partidos desarrollarán el próximo mes de julio.
En la jornada del martes acuden a las urnas Alabama, Alaska, Arkansas, Colorado, Georgia, Massachusetts, Minesota, Oklahoma, Tennessee, Texas, Vermont y Virginia, además de la Samoa estadounidense, territorio en el Pacífico no incorporado a la unión.
El trozo del “pastel” electoral más deseado del supermartes es Texas, que distribuye de manera proporcional 155 delegados republicanos y 222 demócratas.
Trump encara el “maratón” de este martes con 82 delegados recabados en los “caucus” (asambleas populares) y primarias celebrados hasta la fecha, muy por delante de Cruz (17) y Rubio (16), que están obligados a obtener un resultado positivo para no quedar descolgados en la lucha por la candidatura republicana a la Casa Blanca.
Clinton llega al decisivo día con 544 delegados, frente a los 85 con que cuenta Sanders, el senador que se define como un “demócrata socialista” y que busca dar la campanada este supermartes para mantener vivas sus opciones de disputar la nominación a su rival.
El empresario necesita 1.237 delegados para alzarse con el triunfo en la pelea por la nominación republicana, en tanto que a la ex secretaria de Estado le hacen falta 2.383 para alcanzar la meta de la candidatura demócrata.
Aparte del favoritismo que reflejan las encuestas, Trump afronta la cita del supermartes con el impulso del valioso apoyo que le brindó el pasado viernes el gobernador de Nueva Jersey y antiguo candidato presidencial, el republicano Chris Christie.
Clinton también tiene motivos para el optimismo, con el empuje que le dio el pasado sábado su rotundo triunfo en las primarias de Carolina del Sur.