La dificultad para conseguir repuestos, cauchos y baterías ha hecho estragos en el parque automotor de Anzoátegui.
Lizardo Aguilar / El Tiempo
Choferes particulares y del transporte público sufren para mantener operativos sus vehículos debido a la escasez y el incremento desmesurado. Las denuncias no cesan.
El sector transporte ha sido uno de los más golpeados. Y es que, según estadísticas que maneja Lorenzo Rodríguez, presidente el Sindicato Único de los Trabajadores del Transporte (Sutta), sólo en los primeros dos meses del año, 1.500 (25% de la flota de 5 mil) autobuses y carritos por puesto han tenido que ser paralizados por averías, neumáticos y acumuladores.
Con esta cantidad, ya suma 40% de toda la flota del servicio detenida, es decir, unos 2 mil vehículos.
Rolando González, quien cubre la ruta Barcelona-Puerto La Cruz, ha sido una de las víctimas de la crisis. Estacionó su unidad hasta nuevo aviso porque cada caucho le cuesta más de 100 mil bolívares. Dice que lo que gana no le alcanza para sustituirlos.
“No se consiguen a precio regulado en ninguna parte. Son más de 400 mil bolos. Estoy pensando en vender el autobús para ponerme a hacer perros calientes y sobrevivir”.
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