Sentado frente al televisor de mi oficina en las instalaciones de la Secretaría Nacional de Organización de Acción Democrática, observé con estupor como el señor presidente Nicolás Maduro pretendió hacer ver que le estaba haciendo un homenaje a la mujer venezolana, a propósito de conmemorarse su día internacional el pasado 8 de marzo. Yo me pregunto qué homenaje puede ser, si a diario las está sometiendo a que aguanten hambre, miseria, penumbras y humillaciones en las colas a las que nos ha condenado producto de una econonía absurda, mañosa y colapsada, donde precisamente el 75% de las personas que se someten a esas largas colas para conseguir un arroz, una pasta, un paquete de pañales o un kilo de azúcar, son nuestras mujeres.
Cuántas mujeres venezolanas han perdido a sus hijos producto del crimen y la violencia que impera en todos los rincones de nuestra geografía, cuántas mujeres venezolanas han perdido a sus esposos, a sus hermanos, a sus padres, a sus madres o a un familiar producto de la delincuencia desatada.
Cuántas mujeres venezolanas han perdido a sus hijos porque en los hospitales no los atendieron a tiempo o porque no había ni siquiera sutura o suero para socorrerlos o la medicina indicada. Cuántas mujeres no han tenido que retirar a sus hijos de las escuelas porque no tienen como darle un bocado de pan y una taza de café por lo menos para que aguanten. Cuántas mujeres venezolanas han tenido que sufrir en esas kilométricas colas buscando comida de manera agónica para tener algo de alimentos para sus hijos y familias y no han encontrado nada; cuántas mujeres han sido víctimas de ese verbo insultante e hiriente del señor Nicolás Maduro; cuántas mujeres venezolanas han tenido que ver partir a sus hijos a otras latitudes en busca de los derechos y oportunidades hoy negados por esta falsa y destructora revolución.
Cuántas mujeres venezolanas hoy sufren la cárcel, el encierro y el destierro de sus esposos o hijos porque el único delito cometido es haber hecho una crítica o por pensar distinto al gobierno que preside Nicolás Maduro. Cuántas mujeres venezolanas han sido ultrajadas y ofendidas en lo más puro de su ser en las cárceles cuando les practican requisas indecorosas que atentan contra sus derechos humanos y contra su dignidad de mujer.
No obstante, después de todas las vejaciones narradas anteriormente, ahora viene el señor Maduro con su cara muy lavada a decir que le va a rendir un homenaje a las mujeres venezolanas. Pues bien, yo le digo a usted que cuántas mujeres venezolanas al igual que toda la población, estamos pidiendo a gritos un cambio de políticas que han sido erráticas y que han hundido en lo más profundo de la miseria al país. Frente a esta grave crisis generada por sus desaciertos e ineptitud, en vez de gobernar , usted se ha dedicado es a confrontar con la oposición sin darse cuenta que lo que le estamos haciendo son criticas constructivas y aportes para salir de esta tragedia nacional.
Yo le digo a usted, que si algún sector puede hacer un homenaje a la mujer venezolana, es precisamente la oposición porque a lo largo de todo este tiempo transitado, hemos venido siendo solidarios con ellas y sus causas, y en nombre de ellas estamos impulsando un cambio de rumbo que nos conduzca a un nuevo y mejor vivir.
Señor Maduro no siga usted creando más problemas, no se siga convirtiendo en el hazme reir internacional, porque sabemos que usted está nervioso y desesperado porque sabe que se le viene el mundo encima, y en vez de haber arrancado el año interpretando el clamor de cambio de la gran mayoría de nuestras mujeres y de nuestro pueblo, usted se ha dedicado es a hablar y hablar en cadena nacional y a desvariar con medidas impropias para salir de la crisis y no ha resuelto nada, y no crea usted que con esa Tarjeta de Misiones que presentó y que para dignificar a las mujeres más necesitadas de nuestra geografía, va a poder contener la hambruna que hoy se vive en nuestros hogares porque con 14.500 bolívares que tienen como saldo, no podrán palear sus necesidades, primero porque la canasta alimentaria hoy pasa de 150 mil bolívares, y en segundo lugar, porque cuesta Dios y su ayuda para conseguir los alimentos para saciar el hambre en las mesas venezolanas. Asi pues, yo le digo a usted que el mejor homenaje que le puede rendir a las mujeres venezolanas, es renunciar a la presidencia por la vía pacífica y dejar libre el camino del cambio, del progreso y de la reconciliación del país.
Bernabé Gutiérrez
Secretario Nacional de Organización
Acción Democrática
@adbernabegp