“Yo estimo que el gobierno se verá obligado a racionar más energía eléctrica y, así como ocurre en la provincia – casos, por ejemplo, de Carabobo, Zulia, los Andes y en la zona de oriente -, tendrá que aplicar medidas en Caracas para reducir el consumo y salvaguardar un poco de lo que queda en el embalse del Guri”.
Nota de prensa
La proyección corresponde al ingeniero electricista Manuel Guevara, miembro de la Comisión Técnica de la Mesa de la Unidad Democrática, quien tildó al gobierno de ofrecer precaria información sobre la crisis que atraviesa Venezuela en la materia.
“El ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, ha sido muy contradictorio: él mismo fue quien en febrero pasado habló de ‘colapso’ en el sistema, hasta hizo una zambullida en Guri para demostrar cómo estaba el embalse, y ahora sale con que todo se trata de una matriz de opinión que quiere presentar esto como un caos. La información oficial ha sido muy contradictoria e irregular: el pueblo merece un anuncio, un comunicado serio y veraz y no datos solo a través de Twitter”, manifestó, comentando que desde noviembre de 2014 dicho organismo oculta las cifras ciertas y presenta, inclusive, una memoria y cuenta “risible”.
Recordó que Guri, con una capacidad instalada de 10 mil megavatios, es el más importante de los tres embalses operativos del Caroní – los otros dos, Caruachi y Macagua; Tocoma aún en construcción -; sin contar las unidades de generación eléctrica instaladas en Los Andes.
“Esta planta está operando pero con el problema de que el nivel ha venido bajando de manera peligrosa, hasta el punto de que si prosigue el descenso Corpoelec no va a poder manejar esas turbinas porque llega un momento en el que la toma de agua de las turbinas se acerca peligrosamente al nivel del agua, y ese volumen de agua puede producir, mezclado con aire, efectos dañinos en la estructura física de la turbina”, dijo, agregando que tal escenario acarrearía el remplazo de los equipos, tarea más costosa y extensa.
El experto apuntó que uno de los factores que ha desencadenado la crisis en cuestión es que el país ha venido dependiendo de la energía hidroeléctrica a pesar de que se han hecho muchas inversiones en plantas térmicas. “Sin embargo, esas plantas térmicas, por distintas razones, no han operado todo lo bien que uno hubiera esperado de ellas a pesar de ser máquinas relativamente nuevas y relativamente en buen estado. Lo cierto es que la energía hidroeléctrica ha tenido que mantener una primacía en el abastecimiento del consumo eléctrico”, acotó.
“En esta coyuntura incide en que, durante la actual época de sequía, era normal que el Guri decreciera producto de que las lluvias son menores; entonces, en un lapso en que la energía hidroeléctrica tiene que bajar por razones naturales, nos encontramos con que las plantas térmicas tampoco están en capacidad de compensar esa baja que se produce de manera natural en las plantas hidroeléctricas”, indicó, señalando que pese a que Corpoelec detectó el problema hace meses, ha seguido sobreutilizando el Guri más allá de lo que hubiera recomendando el sentido común.
Preciso, además, que las plantas termoeléctricas que fueron compradas no están operando porque no hay suficiente gas natural, con todo y que Venezuela sea la nación suramericana con mayores reservas. “Es muy fácil para el gobierno achacar todos los problemas al fenómeno de El Niño cuando la realidad es que Corpoelec tiene la responsabilidad de decir ‘no pudimos poner las plantas térmicas en funcionamiento como debiera ser’. Y es que con este modelo político, gerencial y económico, nadie va a invertir en gas ni en negocio alguno”, enfatizó.
Asimismo, el asesor expresó que la revisión de las unidades del parque térmico no se ha cumplido de manera estricta, considerando que se trata de equipos que trabajan 24 horas al día. “A las 10 mil horas, a las 12 mil horas, tienen que detenerlas para hacer un mantenimiento y remplazar los componentes que son susceptibles. Si eso no se hace, se presenta un deterioro. El Ejecutivo ordena algún mantenimiento pero no con la regularidad que se requiere: aquí ha pasado que las máquinas se activan, sin alternativa, y ellas responden pero pueden sufrir una avería que sería más oneroso reparar que haberlo hecho a medida que se desarrollaba el proceso”.
“Eso se puede solventar pero no de inmediato: Corpoelec también sufre los embates de las empresas privadas al no tener acceso a las divisas, si se las aprueban no se las liquidan, los contratistas no envían los equipos si no se cumple con el pago, hay escasez de mano de obra – incluso, calificada -, se carece de insumos. Es decir, los problemas se han ido multiplicando”.
Destacó que las medidas de ahorro de energía eléctrica reduciendo el horario de los centros comerciales y de las oficinas de la administración pública resultan insuficientes para paliar la situación – “si la gente no gasta energía en su trabajo lo va a gastar en su casa” -; aunque también opinó que la ciudadanía debe tomar conciencia de que actualmente se atraviesa una emergencia eléctrica.
Finalmente, descartó que ocurra un nuevo apagón general en el país. “No olvidemos que en Venezuela hay 18 mil megavatios operativos instalados, de los cuales 12 mil son hidroeléctricos y 6 mil térmicos. Si tuviéramos que cerrar alguna de las turbinas de Guri, la cantidad disponible va a disminuir y eso va a obligar a una disminución forzada del consumo, no vamos a tener un servicio continuo, confiable y de calidad”, corroborando que aún como un coloso, soportando todo el peso, el embalse funciona todavía en medio del riesgoso panorama.