Regresar al anterior huso horario de Venezuela como fórmula para mitigar la crisis eléctrica que atraviesa el país propuso el ingeniero Eduardo Páez Pumar, experto en políticas públicas.
Nota de prensa
“Esto permitiría ahorrar 300 megavatios y es algo que no le cuesta nada al país. Es solo una cuestión de visión política”, señaló el experto, agregando que “por un capricho, desplazamos el horario ideal que teníamos”.
“Si oscurece a las 6:30 se une el consumo residencial con el industrial y el del alumbrado público, lo que genera un pico que hay que cubrir. Ese pico se puede bajar en 300 megavatios con solo adelantar media hora el reloj”, explicó.
Como ejemplo del impacto que tendría esta medida apuntó que el sistema de bombeo del acueducto de Caracas consume 500 megavatios. “Esos 300 megavatios que se ahorran darían para que funcionara el sistema de bombeo del Tuy III, que es el más importante”.
Advirtió que una eventual crisis en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) también afectaría la distribución de agua en Caracas, debido a que las fuentes que surten a la capital están todas por debajo de su nivel, por lo que el servicio llega por bombeo.
“Si el sistema (acueducto) se cae habrá que pasar, adicionalmente, un día completo para volver a recuperarlo. Las tuberías del Tuy III son tan grandes que uno puede caminar por dentro de ellas. No es cualquier cosa”, indicó.
En cuanto a la situación que atraviesa el embalse del Guri, explicó que este fue concebido para soportar 32 meses de sequía. “Desde 2014 estamos con una hidrología seca, lo que quiere decir que está lloviendo menos de lo normal. Ante esta situación, se debía haber generado más energía termoeléctrica en lugar de sobreexplotar el embalse, que es lo que se ha hecho. Pero el problema real es que el sistema térmico está indisponible en 65-70 por ciento”, aseguró.
Se inició la cuenta regresiva
Venezuela ha entrado en una suerte de cuenta regresiva con respecto a la cota 240, considerada la del nivel de colapso. Colapso no porque el Guri vaya a dejar de producir energía hidroeléctrica, sino porque obligaría a apagar las 8 turbinas de mayor capacidad del embalse, que cuenta con un total de 20 ubicadas a distintas alturas.
“El embalse del Guri ha bajado 24 metros, lo que equivale a un edificio de 8 pisos, y le quedan 2 metros 80 para llegar a una cota que se llama nivel de colapso. Esa cota se corresponde con 8 turbinas del embalse”, informó.
El volumen de agua del embalse está variando en un promedio entre 14 y 16 centímetros diarios. “Con 16 centímetros diarios, la proyección indica que entre el 2 y 3 de abril se alcanzaría la cota 244, a partir de la cual el operador del embalse tiene que caminar con pie de plomo (…) Si se llega a la cota 240, habrá que apagar las 8 turbinas, lo que quiere decir que parte de la central hidroeléctrica no podrá seguir funcionando”, alertó.
El experto explicó que la crisis del SEN es consecuencia de la visión del gobierno, que en los últimos 17 años le dio prioridad a lo político sobre lo técnico y, como consecuencia de ello, se paralizaron muchas obras de infraestructura, entre ellas el Tuy IV del acueducto de Caracas, el ferrocarril del Tuy, la línea tres del Metro de Caracas y le revocaron la concesión a la empresa que realizaría la ampliación de la autopista Caracas-La Guaira.
En el sector eléctrico pasó algo similar. “La hidroeléctrica La Vueltosa, en el sector Uribante-Caparo, en Los Andes, que debió estar lista en 2007, también se paralizó. Estuvieron entre 2001 y 2010 llenando el embalse, y la planta de generación hidroeléctrica la terminaron inaugurando en 2015”, refirió.
También está paralizada la construcción de la central hidroeléctrica de Tocoma, a cargo de Odebrecht, empresa brasileña que está envuelta en un escándalo de corrupción en su país. “Este proyecto, que empezó costando 3 mil millones de dólares y ya está superando los 10 mil millones de dólares, debió terminarse en 2012. Si estuviera operativo, hubiéramos podido pasar esta etapa de sequía de una forma más transparente”, sostuvo.