“Dame la lista de los presos políticos y ya mismo los suelto, ¿qué preso político? cuando concluya la reunión me entregas la lista y si hay presoso, antes de que llegue la noche, van a estar sueltos”, dijo un altanero y además confeso Raúl Castro.
Sin poder ocultar el enorme disgusto que le causó el cuestionamiento por parte de un periodista extranjero sobre los presos políticos cubanos, el presidente de la isla caribeña ciego por la molestia causada y con los audífonos asegurados a sus orejas (como si alguien tras ellos le apuntara) cayó en el popular axioma jurídico: “A confesión de parte, relevo de pruebas”.
Sí, al Raúl Castro asegurar que de haber presos políticos (afirmando además que existe una lista), el procedería a liberarlos inmediatamente sin ningún tipo de procedimiento legal y jurídico, confirma automáticamente que todo el poder en Cuba está en sus manos y libera a su contraparte el tener que demostrar que existen encarcelamientos de todo aquel que piense contrario a sus ideas, lo que genera la figura de presos políticos en el país. (lapatilla.com)
Video vía Globovisión