El zika llegó al continente americano entre mayo y diciembre de 2013, meses antes de que Chile notificara el primer contagio en la región en marzo de 2014, según un estudio que publica hoy la revista “Science”.
EFE
Esta es la principal revelación del primer análisis genómico del virus en Brasil, en el que científicos de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y del Instituto Evandro Chagas de Brasil secuenciaron siete genomas del zika.
El virus lo introdujo en el continente una sola persona entre mayo y diciembre de 2013, periodo que coincidió con el aumento en un 50 % del número de pasajeros que volaron a Brasil desde países con circulación del zika.
Una de las hipótesis de los investigadores es que el virus llegó a América durante la Copa de Confederaciones celebrada en Brasil en 2013 y en la que participó Tahití, la isla más grande de la Polinesia Francesa, donde ese año se identificaron más de 10.000 casos.
“Aunque lo más probable es que el brote americano del virus esté relacionado con una cepa de la Polinesia Francesa, también es posible que el zika fuera introducido separadamente en América y en la Polinesia Francesa desde el Sudeste Asiático”, explica el biólogo y profesor de la Universidad de Oxford Oliver Pybus.
Para comprender mejor la transmisión histórica del virus, se necesita ahora más información sobre la epidemiología y la diversidad genética del zika que circula en el Sudeste Asiático.
Hasta ahora se sabía que el primer contagio del zika en América, ocurrido en la isla de Pascua, fue notificado por Chile el 3 de marzo de 2014 a la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En mayo de 2015, las autoridades de salud pública de Brasil confirmaron la transmisión de virus del Zika en el nordeste del país, y desde octubre de ese año hasta hoy, un total de 33 países y territorios del continente han reportado contagios locales.
Lo más alarmante sobre el brote de zika en América es su posible vinculación con la microcefalia, una afección por la que la cabeza de los bebés o niños pequeños tiene un tamaño menor al normal y que puede acarrearles problemas de desarrollo.
Todavía nadie ha podido comprobar una relación causa-efecto entre el zika y la microcefalia, pero el exponencial incremento de casos de esta enfermedad asociados al virus en Brasil y la Polinesia Francesa ha hecho saltar las alarmas.
El estudio que publica hoy “Science” determinó, a partir de análisis a nivel municipal, que la mayor correlación entre la incidencia del zika y la microcefalia ocurrió en la semana 17 del embarazo, y en la 14 para los casos más graves.
“Encontramos alguna correlación espacial y temporal consistente con la hipótesis (de una relación entre el zika y la microcefalia), pero para probar ese vínculo concluyentemente debemos esperar los resultados de los estudios de casos y controles epidemiológicos”, indica el doctor Nuno Faria, de la Universidad de Oxford y del Instituto Evandro Chagas.
El brote actual del zika en América, un virus nuevo en el continente, está rodeado de preguntas que la ciencia trata de responder a contrarreloj ante lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera una emergencia de salud global.
Los autores del estudio que hoy publica “Science” urgen a que se lleven a cabo más análisis genómicos para entender el origen, la expansión espacial y la evolución del virus en el continente americano.
El actual brote de zika, que afecta sobre todo a América Latina y al Caribe, ha obligado a los organismos y agencias de salud a reconocer lo mucho que se desconoce sobre un virus que fue descubierto en 1947 en el bosque Zika de Uganda.