Con este régimen el sufrimiento no tiene fecha en el calendario, parecieran decir los venezolanos de la tercera edad – además de las personas con discapacidad -, al conocer la nueva disposición gubernamental que deprime más el ya muy golpeado bolsillo de las clases populares: la obligación de que ambos sectores cancelen, por lo menos, el 50 por ciento del pasaje en el transporte público, en lo que respecta a las rutas interurbanas.
Nota de prensa
La noticia causó desazón entre los pocos que la conocían, luego de difundirse oficialmente a través de la Gaceta Oficial 6.221, específicamente en su artículo 10 y, como dato curioso, poco antes de que se produzca en el seno de la Asamblea Nacional la segunda discusión de la Ley de Bono de Alimentos y Medicinas para Jubilados y Pensionados, instrumento propuesto por el diputado Miguel Pizarro, de la bancada mayoritaria de la Unidad Democrática, en beneficio de más de tres millones de ciudadanos de este sector.
“Esa medida es negativa para las personas de la tercera edad; a mí me descontrola el presupuesto”, manifestó la señora Magda González, en encuesta efectuada este lunes en Caracas por Reporte Unidad Venezuela, revelando la indignación citadina ante el anuncio del Ejecutivo, la cual se suma a la aprobación, el pasado 17 de marzo, del incremento tarifario en tres porciones – ahora, estableciéndolo en 35 bolívares; 45 en agosto; y, finalmente, 50 Bs. para noviembre -.
“Por un lado te aumentan el pasaje en 20 % y por el otro sube en 60 % el costo de los servicios. Es impresionante”, completó la dama, quien cancela 220 bolívares entre las localidades de Higuerote y Guarenas, en el estado Miranda.
“Eso es mucho para nosotros los que somos de bajos recursos. Me estoy enterando ahora de la medida que afecta a las personas mayores”, indicó, a su vez, Xiomara León, informando que en los Valles del Tuy ella paga 45 bolívares y los feriados y fines de semana 50. “Luego lo pondrán a 60 y después a 75”, pronosticó con aflicción la fémina.
Mientras, para Ivette Navarro “el aumento no se justifica con todo el deterioro que se observa en las unidades colectivas. Siempre los conductores tienen la misma excusa: que si el costo de los cauchos, que si la batería”, apuntó la declarante, usuaria frecuente de las líneas que operan entre las avenidas Bolívar y Lecuna, en el centro capitalino.
“Es una barbaridad”, fue lo que atinó a expresar Edgar González, agregando que a él le sale en 200 bolívares el pasaje entre Santa Teresa, en los valles mirandinos, y el Área Metropolitana.
“Todo el sueldo se nos va en pasaje y para nada se ve reflejado en el mejoramiento de la calidad del servicio”, acotó quien desde ahora solo gozará de la mitad de la exoneración que hasta hoy regía para los adultos mayores y las personas con discapacidad.