La presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, rebajó hoy las expectativas sobre el ritmo de ajuste monetario en EEUU al enfatizar que la “cautela” debe gobernar las decisiones debido a que los riesgos globales se mantienen en el horizonte.
EFE
En un discurso ante el Club Económico de Nueva York, Yellen apuntó que “las condiciones financieras y económicas son menos favorables ahora que en la reunión de diciembre de 2015”, cuando se decidió elevar los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el rango actual de entre 0,25 % y 0,50 %.
Por ello, agregó, “considero apropiado que el comité de la Fed proceda de manera cautelosa en el ajuste monetario” en los próximos meses.
De este modo, Yellen trataba de ofrecer una señal más clara del rumbo que tomará la Reserva Federal en los próximos meses, especialmente después de que en los últimos días se hayan escuchado opiniones opuestas de miembros del banco central acerca de lo apropiado o no de avanzar en el ajuste.
Con sus palabras de hoy, sin embargo, parece haber descartado definitivamente la reunión del 15 y 16 de abril como fecha para una nueva alza de tipos y sitúa todas las miradas en la siguiente, en junio.
Precisamente, y justo tras su intervención, Wall Street cambiaba de rumbo y hacia la media sesión el Dow Jones, su principal indicador, subía un 0,48 % animado por las declaraciones Yellen.
En ellas, la presidenta de la Fed volvió a citar como principales preocupaciones que pesan sobre la economía global las dudas que hay sobre la transición de modelo económico en China y la prolongada caída de los precios del petróleo.
Sobre China, recalcó que “hay mucha incertidumbre acerca de qué tan suave va a ser la transición (…) y el marco político a aplicar para gestionar las alteraciones financieras que la puedan acompañar”.
Al comentar los precios del crudo, que ha descendido un 65 % desde junio de 2014, señaló que el esperado impulso económico por esta caída no se ha producido y ha sido compensado por los efectos adversos provocados por la reducción del gasto en los países exportadores y las inversiones del sector privado.
“Estos riesgos parecen haber contribuido a la volatilidad financiera observada tanto el pasado verano como en meses recientes”, aseguró.
El tono más sombrío de la presidenta de la Fed contrastó con la opinión del jefe de la Reserva Federal de San Francisco, John Williams, quien apenas unas horas antes en una conferencia en Singapur había sostenido que si “el reciente repunte en la inflación se mantiene en EE.UU., habría argumentos para un ritmo de ajuste monetario ligeramente más rápido”.
La Fed, que cuenta con doble mandato de promoción de empleo y estabilidad de precios, considera que la economía estadounidense se encuentra cerca del pleno empleo, pero ve en la inflación un quebradero de cabeza, ya que no acaba de acercarse a la meta del 2 % anual planteado como objetivo.
La tasa de desempleo se situó en febrero en el 4,9 %, en niveles no vistos desde 2008, mientras que la inflación interanual se situó ese mismo mes en un 1 %.
Otro elemento a tener en cuenta, según Yellen, es que la fuerte apreciación observada por el dólar en los últimos dos años, y que se ha ralentizado algo recientemente, podría volver a producirse si se concretan los riesgos a la baja de la economía mundial.
Desde comienzos de año, los mercados ya habían apuntado al empeoramiento de las perspectivas económicas globales y habían reducido sus expectativas sobre el ritmo del ajuste monetario en EE.UU.
Si a comienzos de año apostaban por cuatro subidas de tipos de interés en EE.UU., consideran ahora que como máximo se producirán dos antes de que concluya 2016.