La presidenta del canal interestatal Telesur, Patricia Villegas, aseguró hoy que está dispuesta a conversar y a “reconocer los errores” que se hayan cometido desde el canal internacional luego de que el Gobierno de Argentina anunciara su desvinculación con la cadena.
EFE
“Revisemos la programación de Telesur, pero de verdad, porque además yo estoy dispuesta a reconocer los errores que cometamos”, dijo Villegas al ser entrevistada en un noticiero del canal que preside.
El Estado argentino, propietario del 16 % de las acciones, anunció el pasado domingo que inició el trámite para dejar de participar como accionista en la cadena de televisión Telesur, que emite su señal desde Venezuela.
Villegas reveló que días antes de conocer la decisión del Gobierno argentino, tuvo una conversación con un funcionario estatal que le consultó la posibilidad de que la Administración de Mauricio Macri incluyera contenido en la programación de Telesur, algo a lo que la presidenta del canal de noticias se negó.
“Los contenidos de Telesur son definidos por sus trabajadores y por el devenir histórico de los hechos”, dijo Villegas, que subrayó que la línea informativa “no la define ningún Gobierno”.
Narró que en esa conversación advirtió al funcionario argentino que esa solicitud “es innegociable”.
“Yo le digo al ministro (de Medios y Contenidos Públicos de Argentina, Hernán Lombardi) y a los funcionarios del Gobierno argentino: ‘Aquí estamos nosotros para el debate, no tenemos que ponernos de acuerdo, demos la batalla de las ideas pero con realidad”, añadió Villegas.
Se refirió a la decisión gubernamental sobre Telesur como una decisión “política”, porque, dijo: “Aquí no estamos hablando de acciones ni de austeridad, (…) el tema es una decisión política”.
Asimismo se dijo sorprendida de que la decisión haya sido difundida a través de un medio y no de una comunicación institucional a la cadena, algo que, a su juicio, es la forma correcta de proceder.
El canal Telesur, con base en Caracas, en el que también son accionistas Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Uruguay, nació en 2005 tras varios años de insistencia de su principal propulsor, el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013).