Investigadores estadounidenses anunciaron este jueves que lograron obtener el primer mapa tridimensional del zika, un logro que podría acelerar los esfuerzos para desarrollar una vacuna contra el virus vinculado a malformaciones en los recién nacidos.
AFP
El virus del Zika sería muy similar a otros de la familia de los flavivirus, que incluye al dengue, la fiebre amarilla y el Nilo Occidental, pero poseería diferencias estructurales clave, según el estudio publicado en la revista Science.
“El virus es como un desconocido que ofrece un caramelo a una víctima desprevenida”, explicó el comunicado de la universidad Purdue, donde se realizó la investigación. “La célula humana se acerca a la golosina y entonces es atrapada por el virus, que cuando ataca puede infectar la célula”, señaló.
Las características particulares del zika pueden ser las que le permiten adherirse a ciertas moléculas e infectar células humanas.
“Quizás un inhibidor podría ser diseñado para bloquear esta función y evitar que el virus pueda adherirse e infectar a las células humanas”, indicó Michael Rossmann, profesor de Biología en Purdue.
A diferencia de los otros flavivirus, el zika aparentemente infecta el cerebro del feto y evidencias científicas apuntan a que la infección del virus está ligada a la microcefalia, una enfermedad congénita irreversible que provoca daños irreparables en el desarrollo motor y cognitivo del niño.
“La mayoría de los virus no invaden el sistema nervioso o el feto, gracias a la barrera que representa la placenta, pero el vínculo entre el inadecuado desarrollo cerebral en los fetos sugiere que el zika sí lo hace”, indicó Devika Sirohi, investigadora de Purdue.
“No está claro cómo el zika puede acceder a estas células e infectarlas, pero la clave puede estar en sus diferencias estructurales”, añadió.
El modelo desarrollado por los científicos estuvo basado en una cepa del virus de un paciente infectado durante la epidemia de la Polinesia francesa entre 2013 y 2014.
Científicos del gobierno estadounidense han indicado que tomará años desarrollar una vacuna contra el zika, un virus sin cura ni tratamiento que se ha propagado por América Latina.