Juan José Moreno A.: Cayapa de poderes

Juan José Moreno A.: Cayapa de poderes

Con la intención solapada de impedir cualquier iniciativa institucional que ponga fin a su desastroso Mandato, Nicolás Maduro ha promovido la conformación de supra poderes destinados a burlar la voluntad mayoritaria de los venezolanos expresada en las recientes elecciones parlamentarias.

Son 4 poderes, guapos y apoyados, la mayoría por las armas, las hoy constituidas sobre lo que va quedando de un país que en algún momento llegó a alcanzar la armonía ciudadana, y los cuales accionan en cayapa contra la acosada y vapuleada Asamblea Nacional elegida por nada menos que  por casi 8 millones de venezolanos.  Cuatro poderes representados por la figura presidencial, con su gabinete y demás funcionarios incluidos gobernadores y alcaldes; por un estamento militar a quien, pese a recaer sobre la institución el encargo constitucional de resguardar las armas de la República para la defensa de todos los venezolanos, actúa como un actor político más en el debate político; por un tribunal supremo de justicia, constituido hoy en el bufete particular del Ejecutivo; y por un poder malandro, conformado por el grupo civil armado, de activistas que responden a las instrucciones emanadas desde Miraflores para amedrentar y agredir física y moralmente de manera especial contra la institución parlamentaria y sus integrantes de oposición al régimen, actúan de manera interconectada en una especie de conspiración orquestada desde los maquiavélicos laboratorios de guerra sucia del partido que los agrupa a todos.

No somos los primeros, ni los únicos en calificar al actual gobierno como un régimen forajido, por la forma brutal, indecente y tiránica de arremeter contra el inmenso sector de la población que hoy lo repudia; y una vez más, en cadena nacional, Maduro se encargo de reafirmar su intención de deslegitimar una legislatura que, tal vez como nunca, goza del más amplio respaldo de la población venezolana. Apoyado en otro que pugna por formar parte del poder, Germán Escarrá, después de una larga trayectoria de denuncias y descalificaciones contra el chavismo, ratificó su empeño en desconocer las elecciones  parlamentarias de diciembre, llamando a una insurrección que enfrentaría en una lucha fratricida a todos los venezolanos, en una clara maniobra dirigida a derrocar por la fuerza a una Asamblea que se esfuerza en sacarlo a él del poder, pero de manera civilizada e institucional.

Previo al anunció de tal intención, los otros poderes mostraron sus garras antidemocráticas e inconstitucionales: El TSJ desconociendo el papel del legislativo en cuanto a sus facultades para ejercer control sobre el manejo administrativo de todas las instituciones del Estado, y asumiendo para sí facultades para legislar; el Consejo Nacional Electoral, reservándose funciones también de carácter legislativas para establecer normas que corresponde dictar a la Asamblea; el ministro de Defensa descalificando leyes emanadas por los representantes del pueblo ante el parlamento; y colectivos que han arreciado sus atropellos contra parlamentarios a quienes llegan a impedir su acceso a la sede del parlamento, mientras los organismos de seguridad del Estado permanecen indiferentes a tal situación que atenta contra la majestad de la institución y la propia seguridad personal de sus integrantes.

Es muy grave lo que está sucediendo,  y se trata de una situación inédita que acrecienta el estado de calamidad que sufre el país; pues sumado a la crisis humanitaria por la falta de alimentos y medicamentos, así como el colapso de los servicios de salud, la pesada carga inflacionaria y la inseguridad ciudadana por la pérdida de control de los órganos de seguridad pública, llamar a la insurrección popular, como lo gritó utilizando un lenguaje obsceno y de manera irresponsable el Presidente, es convocar a una guerra civil entre hermanos, y la cual debemos rechazar; porque no podemos caer en el juego al que nos quiere imponer el régimen como una manera de desviar la atención en relación a asuntos tan importantes como el conjunto de problemas que hoy afectan a la población. Mantenernos en nuestra posición cívica y profundizar en nuestra tarea de lograr una salida constitucional, democrática y pacífica, es la actitud que estamos llamados a pregonar y defender. Hoy más que nunca, además del llamado de atención a la solidaridad internacional con nuestro país, la unión y hermandad entre los venezolanos de buena fe debe reinar entre todos.

@JJMorenoA

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