La Cámara de Diputados de Brasil pasó hoy la noche en vela, enfrascada en los debates previos a la votación del domingo, cuando se decidirá si el proceso con miras a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff avanza al Senado. EFE
La sesión de debates, que comenzó a las 8.55 hora local del viernes (11.55 GMT), sólo fue interrumpida durante quince minutos poco antes de las 5.00 hora local (8.00 GMT) de hoy, por lo que ya cumplió 24 horas.
Hasta hoy, sábado, por la mañana habían participado en el debate 16 de los 27 partidos con representación parlamentaria, cada uno con el derecho de hablar una hora.
Durante la madrugada, el pleno de la Cámara estuvo prácticamente vacío y los diputados sólo hablaron para sus correligionarios y los legisladores de otros partidos que aguardaban su turno de intervención.
En las intervenciones de la madrugada, Rousseff recibió el apoyo del Partido Comunista de Brasil (PCdoB) y del Partido Democrático Laborista (PDT), que siguieron a una secuencia de cinco fuerzas opositoras, mientras que el Partido Laborista Nacional (PTN) estaba dividido.
El diputado Afonso Motta, del PDT, defendió el mandato de Rousseff porque consideró que su destitución abriría un “precedente” que permitiría cuestionar a cualquier cargo electo, con lo que “no habrá democracia”.
La mayoría de los opositores basó sus argumentos en la supuesta responsabilidad de Rousseff en unas maniobras contables realizadas por su Gobierno en 2014 y 2015 para maquillar las cuentas públicas, que es el principal elemento de la acusación, y en los casos de corrupción que han salpicado a parte del oficialismo.
Pero algunos diputados aludieron a cuestiones morales o de otra naturaleza, como el diputado Marco Feliciano, que es un pastor evangélico del Partido Social Cristiano (PSC), y acusó al Gobierno de “pervertir” a las familias, por su propuesta de incluir la educación sexual en el programa escolar.
El diputado derechista Jair Bolsonaro, del PSC, acusó a Rousseff de tramar un atentado terrorista “de proporciones razonables” para negarse a abandonar la Presidencia.
Una vez concluyan las intervenciones de todos los partidos, se dará paso a la sesión de hoy sábado, en la que el turno de palabra corresponde a los 249 diputados que se han inscrito a título individual, de los que 170 son favorables a la destitución de Rousseff y 79 contrarios, cada uno con derecho a hablar tres minutos.
La sesión de votación está programada para la tarde del domingo y en ella, para que prospere el juicio político, deberán votar a su favor dos tercios de la Cámara, lo que supone 342 de los 513 diputados.
Si el proceso prospera, el proceso pasará al Senado, que decidirá por mayoría simple si lo admite a trámite o lo archiva.
Entonces Rousseff sería apartada del cargo de forma temporal por 180 días mientras se celebra el juicio parlamentario y sustituida por el vicepresidente, Michel Temer, a quien la mandataria ha acusado de liderar la “conspiración” en su contra.