Venezuela cerrará el próximo año con una tasa de inflación de más del 2,200 por ciento y enfrentará niveles de escasez y de miseria muy superiores a los actuales, salvo que el gobernante Nicolás Maduro salga del poder y el nuevo gobierno de transición emprenda finalmente las urgentemente necesitadas medidas económicas.
Antonio María Delgado / El Nuevo Herald
“Venezuela tiene una ventana de oportunidad para evitar ese escenario”, dijo el economista Orlando Ochoa en una entrevista. “Pero tiene que actuar ya, y cada día que pasa solo eleva el costo de una solución”.
En el informe sobre la economía mundial que el Fondo Monetario Internacional (FMI) divulgó esta semana, el organismo multilateral confirmó lo que Ochoa ya tenía meses advirtiendo: Venezuela está inmersa en una dinámica hiperinflacionaria.
Según las proyecciones del Fondo, Venezuela cerrará el próximo año con una tasa de inflación del 2,200 por ciento, en el marco del descontrol monetario que impera en Venezuela.
“Tenemos una inflación que ya está en el terreno de los tres dígitos y que se va acelerando geométricamente. Como podemos ver en el récord de los últimos dos años, la tasa de inflación se está duplicando cada seis y siete meses”, dijo Ochoa.
Y esos cálculos son sólo con base en los precios oficiales, registrados en los cada vez más vacíos supermercados de Venezuela, que no toman en cuenta los precios mucho más elevados que millones de personas pagan en el mercado negro.
Dado que los precios en el mercado negro pueden llegar a ser entre cinco y 10 veces mayores de los de los supermercados, la proporción con que se están encareciendo los productos en Venezuela en realidad es mucho mayor de lo que puede registrar el Índice de Precio al Consumidor que elabora el Banco Central, y en consecuencia el FMI.
En todo caso, cualquier solución implica desmontar las perniciosas políticas socialistas aplicadas a lo largo de los últimos 15 años.
En especial, un nuevo gobierno debería eliminar el asfixiante control cambiario y el control de precios, medidas que desestimulan la producción, dijo Ochoa, quien obtuvo un doctorado en la Universidad de Oxford.
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