Luisa Blanco era una docente de 35 años de edad, adscrita al Ministerio de Educación. Tenía 8 meses de embarazo pero, lamentablemente, por una preclancia el neonato falleció este sábado 16 de abril.
Por Miguel Cardoza @MiguelCardoza
Ese fue el inicio del suplicio.
Se sumó el desafío de lograr ser atendida en un centro de salud.
Visitaron “casi todas las clínicas de San Fernando” donde no la atendieron para extraerle el feto, motivado a que no reciben a los asegurados del referido despacho ministerial.
No tuvo otra opción que acudir al Hospital Pablo Acosta Ortiz, el principal centro de salud público del estado Apure.
“Eso no parece un hospital, está en estado deprimente y para colmo se fue la luz, provocaba salir corriendo, pero no tuvimos otra alternativa”, expresó con indignación y nostalgia José Manuel Hidalgo, amigo de Anuar Yamil, esposo de la mujer.
Hidalgo, lamentó que la familia entró en desesperación cuando les indicaron que se le garantizaba la atención pero si llevaban hasta insumos básicos como sutura, betadine y demás elementos fundamentales.
La fémina, murió la mañana de este domingo, al parecer tuvo complicaciones luego de una histerectomía.
Sumado al sufrimiento ahora la familia batalla con el elevado precio de los servicios funerarios.
Tampoco le aceptan el seguro para cubrir los gastos de velatorio o sepelio del bebé, alegan que por ser un neonato no estaba registrado.
“Hago responsable al Gobierno nacional por mentiroso, demagogo y populista. La firma del contrato colectivo es una falacia, no se ha aplicado”, reprochó Hidalgo.
La exigencia es que se regularicen los servicios de salud para afiliados de la cartera educativa, para evitar que sigan muriendo educadores y sus familiares.