Hay una silente pero constante realidad que se ha intensificado con el pasar de los meses: cada día hay más abastos de comerciantes chinos con las santamarías abajo.
Arianna De Sousa / El Tiempo
Otro fenómeno ligado a la misma comunidad, es que ahora hay muchos abastos semi-cerrados, es decir, que no permiten que la gente entre a comprar.
El exsecretario del Club Chino de Lechería, Samuel Tang, asevera que eso pasa por varias razones, entre ellas que tienen poca mercancía debido al alto precio de las divisas, el auge de la delincuencia y que, además, cuando llegan productos regulados a los abastos, se viven olas de violencia de las que en vano intentan protegerse.
El dueño del abasto La Importadora China, fundado hace décadas y ubicado en el centro comercial La Gran Parada de Puerto La Cruz, Manuel Jung, afirma que los comerciantes asiáticos no escapan de la crisis socioeconómica por la que atraviesa el país.
“Estamos aguantando la pela, no existe importación y el inventario que hay es producción nacional. El costo de cada reposición de mercancía viene aumentado hasta en 50%. Ya ni podemos comprar nada al mayor”, cuenta Jung, quien tiene más de 30 años viviendo en la jurisdicción.
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