Armada con un billete de 20 CUC y grandes dosis de paciencia me dediqué a la tarea de “resolver” comida en Cuba a finales de marzo. ¿Qué puede comprar un trabajador estatal, cuyo salario es aproxidamente esa cantidad?
Por: Nora Gámez Torres/El Nuevo Herald
Cuarenta minutos después de hacer una larga cola en una tienda en divisas sin aire acondicionado, esto fue lo que contenía mi compra: cuatro vasos pequeños de yogurt, un paquete de salchichas, un “tubo” de picadillo, una cuña de queso, una botella de aceite vegetal, un paquete con cuartos de pollo, un paquete de medio kilo de chícharos, hojuelas de maíz (de procedencia estadounidense), spaguetti y un jugo de mango.
Los altos precios y la escasa oferta en tiendas y mercados continúa siendo un problema fundamental para los cubanos en la isla, donde un plato en una paladar puede costar tanto como el salario de un mes.
No llega a constituir una canasta básica, pues muchos productos tampoco estaban en oferta. Varios anaqueles lucían filas del mismo producto, o ninguno, y el desabastecimiento era evidente.
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