Sadiq Khan, hijo de un conductor de autobús inmigrante, se convirtió el viernes en el primer alcalde musulmán de Londres, imponiéndose a un rival conservador que intentó relacionarle con el extremismo, en una más que necesitada victoria para el opositor Partido Laborista, que sufrió derrotas en algunas elecciones regionales y locales del país.
Reuters
Pese a recibir un duro revés en Escocia, donde fue tercero tras el Partido Nacional de Escocia y los conservadores, los laboristas tuvieron un desempeño mejor del esperado en Inglaterra, salvando a su izquierdista líder de un reto temprano a su labor.
Sin embargo, el premio gordo fue la votación en Londres, en la que se impuso Khan, de 45 años y quien se crió en viviendas estatales la ciudad, frente al conservador Zac Goldsmith, de 41 años e hijo de un multimillonario financiero.
Si bien no había recibido confirmación oficial de su victoria, una fuente cercana al recuento dijo que la ventaja no podía ya ser revertida. Sin embargo, su margen parecía que iba a ser más estrecho de lo esperado, una posible señal de que la encarnizada campaña electoral, marcada por acusaciones de extremismo y antisemitismo en las filas laboristas podría haber afectado a la votación.
Khan sustituirá a Boris Johnson, el conservador que ha gestionado la ciudad de 8,6 millones de personas durante ocho años. Defensor de la salida de Reino Unido de la Unión Europea, Johnson es visto como un rival para suceder a David Cameron como líder del Partido Conservador y primer ministro.
Comparado con las últimas elecciones regionales de 2011, el porcentaje de voto laborista bajó en Escocia y en Gales, permitiendo un fuerte desempeño del antieuropeísta UKIP antes del referendo del 23 de junio sobre la permanencia de Reino Unido en el bloque.
No obstante, con menos derrotas de las esperadas, Jeremy Corbyn fue capaz de sumar apoyos suficientes para que su liderazgo no sea puesto en duda en las filas laboristas.
Corbyn, quien fue elegido líder del partido el año pasado en una ola de entusiasmo por el cambio y el fin de las “políticas de la elite”, sobre todo entre los militantes más jóvenes, dio la bienvenida a algunos de los resultados y dijo que luchará para restablecer el Laborismo en Escocia. “Nos mantuvimos y creció el apoyo en muchas partes”, afirmó.