Franklin Nieves, el ex fiscal que formó parte del juicio donde Leopoldo López fue condenado a prisión, no negó que hubiera trabajado lavando carros pero señaló que prefería ejercer ese oficio “que lavar dinero del narcotráfico o la corrupción”.
Nieves, actualmente residenciado en Miami, ofreció declaraciones para el portal web Miami Diario. Allí aseguró que las fotos divulgadas por Diosdado Cabello esta semana en su programa Con el mazo dando son auténticas y explicó que estuvo trabajando en un autolavado durante dos semanas, de modo que alguno de los clientes del lugar pudo haberlo fotografiado.
Declaró: “Esa fijación fotográfica que saca Diosdado Cabello (…) efectivamente fue en un carwash [autolavado] (…) donde trabajé por espacio de dos o tres semanas y, sí, me ganaba la vida para mantener a mis dos hijas”.
A lo anterior, el ex fiscal añadió: “Yo prefiero lavar carros que lavar dinero del narcotráfico o la corrupción. Yo terminé allí en esa fijación fotográfica con un uniforme, que lo llevaba dignamente, pero en Venezuela existen otras personas que pudieran llevar un uniforme anaranjado con un numerito atrás y otro adelante, que no están exentos de caer en manos de la justicia estadounidense”.
Negó que en la fotografía estuviera lavando un auto de su propiedad: “Yo particularmente sí tengo una camionetica, una KIA, pero es del año 2005, 2006. Aquí uno, por mil dólares, se compra cualquier carro de ese año. Esa camioneta que yo estaba lavando era del año 2016. No es mi camioneta”.
Aseveró que al mostrarlo en esa fotografía, el diputado Cabello no se burlaba de él “sino de todas las personas que ejercen ese tipo de trabajo”.
También negó que hubiera viajado a Estados Unidos con dinero mal habido: “Nunca me vine para acá con ningún tipo de dinero. No he montado empresas aquí porque no tengo dinero con qué hacerlo. No me han logrado demostrar siquiera nada, porque ya lo hubieran sacado. Si Diosdado Cabello tuviera las pruebas de que a mí me entregaron 850.000 dólares, supuestamente para traicionar (…), ya las hubieran sacado. Yo me vine para acá motu proprio, por mi convencimiento de que las cosas en Venezuela iban mal con la justicia venezolana”.
Señaló, por otro lado, que su proceso de asilo estaba adelantado.
“Él (Cabello) no se burla de mí, sino de todas las personas que ejercen ese trabajo. A mí no me avergüenza este trabajo. Yo desde niño limpié botas, vendí empanadas, lavé carros. Siempre me ha gustado trabajar, y ganarme el dinero de manera honesta y honrada. A mí me importan mis hijas y por ellas salgo a trabajar. No las voy a dejar morir de hambre aquí”, dijo a MiamiDiario.com.