De manos atadas y ahogados dicen sentirse los licoreros del estado Anzoátegui, tras la aplicación del racionamiento eléctrico, la restricción de horarios, el incremento de las ventas ilegales y la escasez de productos.
Giovanna Pellicani / El Tiempo
Algunos, como Antonio Corrales, quien tiene un expendio de bebidas alcohólicas en el casco central del municipio Sotillo, consideran que el cambio de ramo es su única salida.
“Estamos ahogados y creo que nosotros somos los que más aportamos con el pago de los impuestos a la nación”.
Comentó que con las 15 cajas de cerveza que Regional le despacha semanalmente no puede cubrir los gastos generados por su negocio, por lo que aprovechó su cava-cuarto para refrigerar pollo, y así comenzar a ofrecer ese producto.
Lo mismo ha pensado hacer el presidente de la Cámara de Licoreros en el municipio Bolívar, Orlando Loyo, quien también está acondicionando su local, ubicado en el sector Boyacá, para comenzar a ofrecer productos de charcutería.
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