Los sectores populares se han unido al reclamo que Empresas Polar formula al gobierno nacional, por las divisas que requiere la importante corporación para adquirir la materia prima que le permita continuar sus operaciones.
Trabajadores de la firma – en este momento, con sus salarios congelados -, franquiciados y voceros de diversas comunidades se congregaron en las instalaciones de Los Cortijos de Lourdes, en el municipio mirandino Sucre, para, fundidos en un abrazo y con una sola voz, elevar una vez más su protesta al país y dirigirle un llamado al Ejecutivo de Miraflores, cuando se cumplen 22 días sin que la compañía pueda producir.
“Señores del gobierno, les digo que no le sigan prohibiendo el derecho a los trabajadores y que tampoco le nieguen el derecho de los venezolanos a su alimentación”, manifestó Julio César Reyes Lozano, representante de Catia.
“Destruir a Empresas Polar y negarle la materia prima es negarle la comida a los venezolanos. Tomen conciencia: el pueblo tiene hambre y Empresas Polar tiene ganas de trabajar y solucionar el problema”, dijo el vocero parroquial.
La activista Rosalba Linares dijo, igualmente, que el problema de Polar es de toda Venezuela. “El país se está muriendo de mengua de ver que la única empresa que ha dado la talla, que ha enfrentado los miles de obstáculos que le pone el gobierno es Polar. Y no se trata solo de la cerveza, como intentan desinformar algunos: ¿quién, realmente, no ha llevado a su mesa algún producto de las Empresas Polar?”, se preguntó.
Marilú Carta, ama de casa, asimismo, de Catia, al respaldar la cruzada de Empresas Polar, negando ser ‘oligarca o pitiyanqui’, sino una mujer de escasos recursos económicos, deploró la actitud del régimen y sus estrategias.
“La harina que el gobierno nos obliga a comer no es de la misma calidad de la Harina Pan, se trata de una harina gruesa, ordinaria, que no sabemos de dónde viene. Polar nos da la Harina Pan, conocemos la marca, mientras que nada sabemos de esa harina que nos obligan a consumir con una bolsa de comida mensual”, criticó.
“Y todo por el orgullo y por la necedad de una sola persona que se llama Nicolás Maduro. ¿Con qué derecho nos quita a Empresas Polar? El gobierno está perjudicando al pueblo completo, y las neveras se parecen cada vez más a la Plaza Venezuela: solo agua y luz”, indicó.
A su vez, Beisy Valdespino, igualmente proveniente del oeste de Caracas, fue enfática al sostener que, en realidad, se está atacando a la base de la sociedad que es la familia. “Mi mamá creció con Polar, yo crecí con Polar y quiero que mis hijos crezcan con Polar. En un país libre las personas deberían elegir lo que quiere consumir, no es solo la cerveza, la gente se mata para adquirir Harina Pan. Por ejemplo, en el boulevard de Catia, los bachaqueros la venden en 1500 bolívares”.
“Nadie puede decir que no se ha sentado a comerse una arepa, mantequilla, mayonesa, a tomarse una avena. Que el gobierno recapacite”, urgió.
Que el Ejecutivo “tome” conciencia…
En medio de la protestas por la situación que afecta a 10 mil trabajadores directos y a unos 30 mil indirectos, siempre hubo palabras de agradecimiento hacia la labor que la Fundación Polar presta – casi cuatro décadas – en beneficio de quienes residen en las áreas cercanas a una treintena de plantas en todo el territorio nacional, apostando por la salud y la enseñanza de los venezolanos, por el fortalecimiento comunitario y la capacitación de líderes para el trabajo y el emprendimiento.
“Son programas de formación, de educación, de atención al adulto mayor, a las personas con discapacidad; ha sido un esfuerzo conjunto y tenemos que agradecerle a Polar que ha creído en nosotros como nosotros hemos creído en esta empresa que nos ha dado una mano amiga”, señaló Justo Ramos, domiciliado en La Pastora.
“Le solicitamos a la Defensoría del Pueblo que intervenga en esta violación de derechos humanos no solo de los trabajadores sino de las comunidades. Las colas para comprar comida son humillantes y Empresas Polar es la que garantiza seguridad alimentaria. Queremos una Venezuela para crecer no para ir retrocediendo”, destacó.
“Esta crisis nos afecta a todos: muchos de nosotros, como licoreros, colaboramos con las juntas comunales para hacer eventos como el Día de la Madre, del Padre, del Niño, pero debido a esta crisis que afrontan las Empresas Polar, nuestros ingresos están mermando hasta en 50 %, y se nos hace arduo echar para adelante”, manifestó José Sousa, copropietario de un expendio de cerveza.
“Yo le pido al gobierno que otorgue las divisas a Polar. Para la competencia va a ser muy difícil que pueda abastecer un mercado, pues no cuenta con la estructura y la demanda va ser muy fuerte”, agregó.
“De aquí comemos todos y de aquí vivimos todos”, opinó Eigner González, empleado de Cervecería Polar, al llamar a todos sus compañeros a defender sus puestos de trabajo.
Entretanto, Rilson López, otro miembro de la nómina de Polar, tuvo palabras para el vicepresidente ejecutivo de la República: “Que no se le olvide a Aristóbulo Istúriz, que lo hemos apoyado con malta, para el desarrollo de actividades deportivas”.
“Ya son dos semanas suspendidos, llenos de incertidumbre, no vamos a cobrar más sueldo ni cestas tickets, y vienen los gastos de útiles escolares, las preinscripciones y la pregunta es ¿cómo hago con mi familia, cómo hago con mis chamos?”, fue la interrogante de Emir Sánchez supervisor comercial agencia Los Ruices
“No es Polar, no es Mendoza, es la familia venezolana que agoniza poco a poco”, exclamó.
Finalmente, Elvis Carrero, microempresario de Polar, quien comenzó hace veinte años en la empresa como ayudante y ahora tiene su camión de franquiciado, dijo que no tenía plan B porque su plan A era seguir laborando en la corporación.
“Yo hago labor social en Araira, en Miranda, por unos cien niños, con quienes colaboro en sus clases, para la comida, en sus vacaciones. ¿Y ahora? Lo cierto es que en la calle vamos a estar todos, luchando. Yo me quedo en Empresas Polar y de aquí no me sacan ni con una grúa”, apuntó, evidenciando su sentimiento de lealtad y gratitud.