El régimen de Maduro lo desconoce. Se niega a dialogar y con terquedad no rectifica sino que mas bien acentúa los errores en la gestión económica, política, social y además protege a los corruptos.
Son cada vez mas estrechos los espacios para una salida pacífica y electoral a la crisis, por lo tanto es fundamental fortalecer la conducción política unitaria desde la MUD: Cada quien en lo suyo pero todos juntos por Venezuela. El referendo revocatorio es el camino para que se inicie la transición a la democracia y la paz.
En los altos niveles del gobierno hay nerviosismo. Sienten que la caída de Maduro es inminente. Los mas radicales, Cilia Flores y Diosdado Cabello, se aferran al poder. No facilitan el diálogo ni ninguna solución política porque, sin importar los traumas que ocasionan al país, creen que les favorece un desenlace violento.
El referendo está en la calle y expresa el descontento de un pueblo que quiere un cambio urgente. Es la única válvula de escape de la que disponemos para evitar el estallido social y el derramamiento de sangre, para organizar y movilizar la indignación de la gente hacia una rebelión electoral.
Debemos enfrentar con inteligencia las provocaciones del régimen y presionar con asambleas ciudadanas, diálogos en los sectores populares, con marchas y movilizaciones sociales y gremiales. Debemos articular una movilización nacional para superar la emergencia institucional y lograr, con la mayor amplitud, que en la transición democrática se pueda integrar un amplísimo movimiento nacional que sustituya a la cúpula corrupta cívico-militar que mantiene a Maduro en el poder y así dar inicio al cambio político que urgentemente reclama el país.
La mejor respuesta a la intención de cercenar a la Asamblea Nacional y bloquear el referendo es la que se está dando, con la presencia de los parlamentarios en la calle, con la gente, acompañándolos en sus reclamos y justas protestas.
Es hora de que la mayoría se haga sentir a través de la organización y la movilización. Sabemos que frente al caos y el fracaso del régimen la prioridad de todos es sobrevivir el día a día y conseguir respuesta a las necesidades básicas y cotidianas de alimentación y medicinas. Sin embargo, debemos encontrar métodos inteligentes y creativos para que la mayoría no sólo resista sino que también pase a la ofensiva en la defensa de derechos humanos fundamentales que están siendo violados sistemáticamente.
El propósito de la lucha es principalmente derrotar al régimen de Maduro – responsable de las calamidades que estamos padeciendo los venezolanos – en defensa del derecho a la vida, la alimentación, la salud, al trabajo digno, en resumen, el derecho a una mejor calidad de vida en una verdadera democracia.
Hagamos que se sienta esa mayoría, que la indignación se convierta en acción política.