Egipto anunció el viernes que sus fuerzas navales encontraron restos humanos, materiales y pertenencias de pasajeros flotando en el mar Mediterráneo, lo que supone la confirmación de que el avión de EgyptAir que desapareció de los radares el día anterior se estrelló con 66 personas a bordo. Reuters
El presidente Abdel Fattah al-Sisi ofreció sus condolencias a los familiares de las víctimas, en la primera admisión oficial de Egipto sobre las muertes, aunque aún no se conocían la causas del incidente del Airbus A320.
“La armada egipcia pudo retirar más restos del avión, algunas de las pertenencias de pasajeros, restos humanos y asientos de la aeronave”, dijo en un comunicado el Ministerio de Aviación Civil en El Cairo.
Las fuerzas navales realizaban un operativo de búsqueda en un área a unos 290 kilómetros al norte de la ciudad portuaria de Alejandría, justo al sur de donde se detectó la última señal del avión el jueves.
No había señales todavía del fuselaje de la nave o de la ubicación de la caja negra con las grabaciones de vuelo.
El presidente de EgyptAir, Safwat Moslem, dijo a la televisión estatal que el actual ratio de la zona de búsqueda era de 64 kilómetros, en medio de un área total de 13.000 kilómetros cuadrados, aunque el alcance podría expandirse de ser necesario.
Un satélite europeo detectó una mancha de combustible de kilómetros de largo en el mar Mediterráneo, a unos 40 kilómetros al sureste de la última ubicación conocida del avión comercial, dijo la Agencia Espacial Europea.
El primer ministro de Egipto, Sherif Ismail, ha dicho que es demasiado pronto para descartar cualquier causa en el incidente, aunque el ministro de Aviación dijo el jueves que era más probable un ataque terrorista que una falla técnica.
Aunque las sospechas apuntaban a militantes islamistas que hicieron estallar un avión mientras sobrevolaba Egipto hace siete meses, ningún grupo se ha adjudicado la responsabilidad más de 36 horas después desde la desaparición del Airbus en el vuelo MS804 que iba desde París a El Cairo.
Grupos yihadistas han estado luchando contra el Gobierno egipcio desde que Sisi derrocó al presidente islamista en 2013. En octubre, los extremistas del Estado Islámico se adjudicaron la responsabilidad por hacer estallar un avión de una aerolínea rusa tras despegar desde la Península del Sinaí.
Investigadores rusos dijeron que probablemente había una bomba dentro de la aeronave.