Las posibilidades de la tecnología de impresión en 3D son sencillamente asombrosas. Cada poco tiempo descubrimos novedades sobre su abrumador potencial y lo mejor es que todavía queda mucho terreno por explorar. En esta sección ya compartimos contigo el emotivo momento en que una niña probó su brazo impreso en 3D, pero hoy queremos demostrarte que no sólo las personas pueden beneficiarse de esta clase de dispositivos. También los animales; por ejemplo, una tortuga herida.
En el blog Distractify nos hablan del infortunio de Freddy, un quelonio que sobrevivió milagrosamente a un terrible incendio en la selva amazónica brasileña. El equipo de rescate que la encontró calcula que tuvo que pasar aproximadamente mes y medio sin alimentarse a causa del daño sufrido. El fuego destrozó el 85% de su caparazón y dejó al descubierto su piel herida, por lo que los científicos decidieron bautizarla con el nombre del protagonista de la saga cinematográfica ‘Pesadilla en Elm Street’.
Al conocer a Freddy, el diseñador gráfico Cicero Moraes y sus colaboradores se propusieron devolverle una apariencia lo más próxima posible a la original. Después de un laborioso trabajo de investigación, analizando nada menos que 40 muestras, este equipo llamado ‘Animal Avengers’ logró elaborar un boceto de caparazón imprimible en 3D. Cuatro piezas que debían encajar entre ellas para que la tortuga pudiese volver a llevar su casa a cuestas, como el resto de animales de su misma especie.
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