Luces de colores, fuegos artificiales, cañones disparando confeti y pulseras iluminadas en las muñecas de 55.000 personas ya indican que estamos en una gran fiesta, pero si quien la protagoniza es Coldplay la celebración puede alcanzar niveles muy elevados, y eso es lo que ha pasado en Barcelona.
La forma como la banda británica inició su concierto en el Estadi Olímpic de Montjuïc, con el enorme escenario iluminado de rojo, los cohetes de colores estallando en el cielo y la banda botando al ritmo de A Head Full of Dreams, ha sido un anuncio claro de la línea festival que iba a presidir todo la velada.
Ha sido como decir “hemos venido a hacerte disfrutar y lo vamos a conseguir”, y así ha sido; el público ha bailado, ha saltado y ha coreado a todo pulmón los himnos épicos de Coldplay, en el primero de los dos espectáculos de la formación de Chris Martin en Barcelona, única parada española de su gira mundial.
El concierto ha sido una descarga de energía y buen rollo, con la que el público ha visto recompensada la paciencia que ha tenido que tener para soportar los estrictos controles de seguridad previos, algo que se ha hecho habitual en los acontecimientos multitudinarios desde los atentados de París. EFE
En honor a esta explosión de color, La Patilla te trae la experiencia de una fanática que estuvo en uno de los performances más memorables de la banda.