Mayo ha cerrado con la cifra de casi 500 fallecidos en La Gran Caracas, producto del crimen y la violencia, y así en el resto del país, fue el mes más violento del año, figurando dentro de estos asesinatos el del Mayor General Félix Velázquez y el del sobrino del diputado Earle Herrera, por cierto esclarecidos en tiempo “récord” por los cuerpos de Seguridad del Estado, pero los otros tantos quedan en su mayoría impunes y sin justicia para sus deudos. En consecuencia, si hacemos un análisis del funcionamiento de estas OLP y de los cuerpos de seguridad del Estado en este año, donde la arremetida de violencia y asesinatos van en ascenso, los ciudadanos comunes y corrientes, humildes, de a pie y del pueblo nos preguntamos, el por qué de estos resultados negativos con cifras rojas, y por qué la insistencia de tropezar de nuevo y con la misma piedra.
Yo le aclaro al Sr Maduro que no se trata de militarismo, sino de hampa común, como consecuencia del alto grado de descomposición social existente, debido a una pérdida de valores cívicos y morales de los cuales no escapan los cuerpos de seguridad del Estado, contaminados por muchos disociados y hampones, quienes en alianzas criminales con bandas delictivas, mantienen a todo un país en toque de queda y en estado de sitio, porque no ha habido voluntad política para enfrentar el problema de la inseguridad con los niveles requeridos para disminuir los índices de delitos en Venezuela.
No podemos olvidar que este gobierno irresponsable es el único culpable de esta ola de violencia y crímenes en el país, porque ellos supuestamente dotaron con armas de guerra y de alta proporción a los colectivos para usarlos como brazos ejecutores de la violencia contra la disidencia venezolana, pero creo que se les fue de las manos, y los muchos llamados a devolver las armas por una canaimita, fueron en vano, porque con esos implementos de la muerte, logran ganar ilícitamente a través del secuestro, la extorsión, los asesinatos, el tráfico y micro tráfico de droga, grandes cantidades de dinero que los convierten en cárteles de la violencia en el país. Pues bien, podemos concluir, que la delincuencia le ganó la batalla al gobierno, porque no les queda más que hacerse de la vista gorda, ante las actuaciones hamponiles de estos grupos que operan fuera de la ley y que en su mayoría lideran las famosas OLP.
Este gobierno quizá no ha valorado lo que en psicología criminal se denomina primitivismo, que es justamente a donde nos ha llevado esta crisis incubada por Nicolás Maduro. Es decir, nos estamos matando, pueblo con pueblo por adquirir cualquier producto y hasta para sobrevivir. Es por ello que vemos la cantidad de saqueos y enfrentamientos que se producen a diario en los establecimientos comerciales. Nuestro pueblo su prioridad es alimentarse y tener medicamentos para sanar, lo demás está en un tercer plano, incluyendo la inseguridad, entonces por qué no abocarse a resolver lo que la gente percibe como su principal problema.
Esta revolución ha tenido más 21 planes de seguridad fallidos, luego apelaron a los colectivos y les fue peor, porque los alumnos superaron a los maestros, y ahora les cambian los nombres por Órganos de Liberación del Pueblo, y les dan la responsabilidad nada más y nada menos que de la seguridad del pueblo. Por Dios, basta de demagogia y de improvisación, zapatero a su zapato, lo demás son cuentos de caminos que traen más violencia y más violaciones a los derechos humanos, porque nadie sabe a ciencia cierta, a quién rinden cuentas las OLP o si son autónomos en sus actuaciones. Ojo, esto es una bomba de tiempo. Que Dios nos agarre confesados.
Clever Lara
Secretario de Organización
Acción Democrática- Aragua
@cleverlaraad