Este jueves el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha puesto en el candelero el nombre de José Luis Rodríguez Zapatero. “Creo que Zapatero es el mejor presidente que ha tenido nuestra democracia“, ha dicho del exdirigente del PSOE en una entrevista con Pepa Bueno en la Cadena Ser., según reseña el diario español El País.
El líder de Podemos ha ido más allá al asegurar que el expresidente Rodríguez Zapatero, que estuvo al frente del Ejecutivo español entre 2004 y 2011, le suele atender cuando lo necesita. Y que le consulta si tiene “dudas sobre temas importantes“, ha afirmado.
Resulta obvio el interés de Zapatero (Psoe) y de Iglesias (Podemos) de lograr una coalición electoral de cara a las próximas elecciones generales del 26 de junio en España. Pero también retrata el lugar común que tienen ambos políticos españoles en el gobierno de Nicolás Maduro.
Ayer, Podemos calificó la decisión de la Asamblea Nacional de investigar los más de siete millones de euros entregados por el gobierno de Hugo Chávez a la fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) para la que trabajaban varios de sus actuales dirigentes, como de “ataque”.
También ayer, Henrique Capriles, aseguró que el exjefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que media por un diálogo en Venezuela a petición de Maduro, le confesó que no le gusta la figura del referéndum revocatorio porque, según le dijo, no forma parte de una “democracia moderna”. La respuesta de Capriles no se hizo esperar y dijo “Para mí tampoco es democracia moderna que exista una monarquía, que exista un rey, pero allá lo tienen” e indicó que ningún mediador “llámese como se llame” puede venir a Venezuela a decir “que no le gusta la Constitución” al recordar que el revocatorio está establecido en la Carta Magna.
Durante los años de gobierno de Zapatero, España la vendió al gobierno de Hugo Chávez enormes cantidades de armamento, desde corbetas, llamadas con el eufemismo de patrullas oceánicas, municiones, hasta material policial y gas lacrimógeno. En el año 2012 Venezuela se posicionó como el primer cliente de la industria militar española. A la empresa Repsol le fueron asignados grandes yacimientos de petróleo y gas. Telefónica y Melía crecieron mucho en esos años, al igual que a constructoras españolas el gobierno les otorgó enormes contratos de obras públicas.
Zapatero ha estado muy cercano al gobierno de Nicolás Maduro, primero a la sombra y a partir de las elecciones legislativas de 2015 de manera muy visible, cuando participó como “acompañante” de las mismas por invitación del CNE. Luego, y de manera sorpresiva, Nicolás Maduro lo anunció este año como miembro de una “comisión de la verdad” y luego como “negociador” para el “diálogo” con la oposición venezolana. Zapatero promovió una reunión secreta “alternativa” con miembros del gobierno de Maduro y la oposición en República Dominicana, que filtrada, levantó duras críticas tanto de opositores como oficialistas. Posteriormente por instrucciones de Maduro, se reunió en la cárcel de Ramo Verde con Leopoldo López, buscando que éste cediera en sus demandas de referendo revocatorio para este año, a lo que López se negó rotundamente.
Zapatero teje sus telarañas con Podemás allá en España como con el gobierno de Maduro acá en Venezuela. Lo que si sabemos que, paradójicamente, en su rol de “negociador” en Venezuela carece de legitimidad y neutralidad ante la oposición venezolana, lo que recuerda su fracaso como gobernante, cuando por la pérdida de apoyos a su gobierno, tuvo que adelantar las elecciones generales previstas para marzo de 2012 para el 20 de noviembre de 2011. El resultado fue una victoria aplastante del Partido Popular que consiguió la mayoría absoluta —186 diputados, a la Legislatura Española.
Hoy, como le confesó a Capriles, no le gusta que el pueblo venezolano utilice el constitucional mecanismo de referendo revocatorio presidencial para que por medio del voto, decida si Nicolás Maduro se va de la presidencia y en 30 días se convoque a unas nuevas elecciones presidenciales. Una inentendible postura, pero quizás su propio pasado lo atormenta.
Mientras en las calles de cualquier pueblo del país, las colas de la gente desesperada crecen en búsqueda de alimentos y medicinas, en el país con las reservas petroleras “más grandes del mundo” (lapatilla.com)