La democracia venezolana lleva años siendo considerada por académicos alrededor del mundo como un sistema gravemente enfermo ante la obsesión del chavismo por concentrar poderes, publica El Nuevo Herald.
ANTONIO MARÍA DELGADO
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Pero los expertos que miden la salud de las democracias han comenzado a pensar que el paciente ya ha muerto, sofocado finalmente por los esfuerzos del régimen de Nicolás Maduro por desmantelar a la Asamblea Nacional, lo que de hecho deja sin efecto la victoria electoral de la oposición en diciembre.
Mark P. Jones, profesor de Ciencias Políticas de Rice University, en Houston, Texas, es uno de los académicos que ya está dispuesto a firmar el certificado de defunción.
El experto en democracias latinoamericanas lleva años monitoreando el gradual descenso del chavismo por el camino del autoritarismo, pero insistía en que aún no había entrado en el terreno de las dictaduras.
Eso cambió en diciembre, dijo Jones en una entrevista con el Nuevo Herald.
“Lo que ocurrió en el Congreso después de las elecciones del 2015 terminó por echar por tierra todo barniz de democracia, y toda sugerencia de que en el país regía un sistema democrático”, comentó Jones, quien preside el Departamento de Ciencias Políticas de su universidad.
Lo que pasaba es que detrás del control que el chavismo ejercía sobre la Asamblea Nacional se escondía la posibilidad de que ante una eventual victoria electoral de la oposición, el poder legislativo pudiese nuevamente comenzar a ejercer su función constitucional de contrapeso frente al ejecutivo.
“Lo que se estaba escondiendo detrás de ese control era la realidad de que en el país ya había dejado de regir la separación de poderes y que el estado de derecho había dejado de existir”, explicó el académico.
“Cuando el chavismo controlaba la Asamblea Nacional, había la ficción de que de alguna manera estaba operando independientemente. Pero luego que la oposición tomó el control de la Asamblea Nacional y que el Poder Ejecutivo pasó en esencia a desconocer su existencia, o los poderes que le otorga la Constitución, quedó demostrado que en Venezuela ya no hay una democracia”, agregó.
Todo quedó en evidencia luego que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), conformado por jueces leales al régimen de Maduro, comenzara a arrebatarle gradualmente a la recién electa Asamblea Nacional las facultades y poderes que le otorga la Constitución.
Maduro incluso no esconde cuáles son sus planes para el incómodo poder legislativo.
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