Con esa llamativa participación de decenas de miles de ciudadanos, quienes en todo el país desde muy temprano y en apenas los dos primeros días acudieron a cumplir con el futuro, no le debe quedar ninguna duda a las rectoras oficialistas del CNE que ya no pueden, ni deben obstaculizar la activación del revocatorio.
Lo lógico, democrático y racional es que el Consejo Nacional Electoral organice de inmediato y sin más dilaciones, la segunda fase de recolección de la voluntad ciudadana y que implica 20% de los inscritos en el Registro Electoral. Cualquier decisión u omisión que vaya en contra de esa nueva etapa, debe ser vista como una nueva manipulación oficialista.
Es bueno recordar al ciudadano que la recolección del 20% es mucho menos compleja, porque no implica firmas, sino la colocación de la huella. Ese sería el paso definitivo para que el CNE le deba poner fecha para este mismo año de una jornada electoral que quizás sea la más importante en la historia del país.
El CNE no puede seguir jugando con los deseos y aspiraciones de los venezolanos. La paciencia tiene un límite y si se mezcla con los evidentes rasgos de la crisis nacional, cualquier persona puede llegar a la conclusión que estamos al borde del caos y sólo el revocatorio puede evitar ese desenlace.
Los demócratas que hemos formado parte de este esfuerzo, vamos a mantener la presión para que el CNE le cumpla al país. No vamos a aceptar más ese juego diabólico que pretende anular el revocatorio para este año. Esa es una jugada muy peligrosa con los actuales niveles de conflictividad que hay en el país.
Y tampoco podemos permitir que el Gobierno a través del TSJ le coloque una nueva emboscada al revocatorio. Mientras más obstáculos coloquen, peor puede ser el desenlace. Señores del Gobierno: en política la sensatez no es una debilidad, sino más bien una cualidad de quienes saben entender los momentos históricos. Faciliten el revocatorio. Acepten la transición.
@PabloPerezOf