El cambio es en primera persona ¡y para todos!, por Carlota Salazar Calderón

El cambio es en primera persona ¡y para todos!, por Carlota Salazar Calderón

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Una mirada retrospectiva nos permite visualizar cómo los cambios que se han producido en las sociedades, se originan en la injusticia detonante de la revolución.

Así cuando el poder absoluto del monarca, enviado de Dios en la tierra, atropellaba a los súbditos, surge la burguesía que fomenta la revolución francesa; luego la carga impositiva de los ingleses considerada injusta por los colonos norteamericanos, produjo la revolución norteamericana; posteriormente elsometimiento español, cuando los únicos que tenían derecho a posesiones eran los ricos criollos y los españoles, el resto, sirvientes y esclavos, hace que un riquito criollo emprenda, con éxito, la revolución americana; cuando a  mediados del siglo XIX el trabajo artesanal fue suplantado por las fábricas, la explotación del ser humano generó el nacimiento de socialismo en cabeza de  Robert Owen, Charles Fourier y Saint-Simón, posteriormente el manifiesto comunista de Karl Marx y Engels (1848), de allí los derivados: marxismo, leninismo, maoísmo y  trotskismo; la represión zarista produce la revolución bolchevique…





Así, la humanidad inconforme con el horror que reflejó la miseria humana a su máxima expresión: esclavitud, la revolución industrial, regímenes totalitarios, fascistas y dictatoriales; acogió la corriente liberal de la democracia representativa, como el régimen político que reunía el mayo cúmulo de virtudes para vivir en comunidad.

Sin embargo, la contrariedad para los gobiernos democráticos, en su concepción liberal representativa, ha sido la de mejorar la calidad de vida de sus habitantes, producto de la corrupción y la ineficiencia, lo cual ha dejado un largo y ancho espacio entredemocracia, calidad de vida, espacios de poder y ciudadanía.

¿Cómo lograr ese acercamiento? Surgen entonces corrientes como la Democracia Participativa que se implantó en Venezuela desde 1999, Democracia Deliberativa desarrollada por Jürgen Habermas, en la intención de lograr pluralidad de formas de comunicación o la propuesta de Guillermo O’Donnell de la Democracia Delegativa que sugiere restricciones a los poderes del mandato para que atiendan a realidades en las relaciones de poder.

Sin embargo, estas formas de democracia representativa, participativa, delegativa o deliberativa, se quedan en el texto constitucional, sino son implementadas efectivamente.

La Constitución del 99 quedó en el papel, como denunciaba Laureano Vallenilla Lanz o con etiqueta participativa parafraseando a  Alberto Adriani, sin ejecución efectiva. Los gobiernos llegan por la vía del voto y luego ejecutan prácticas antidemocráticas. Venezuela, hoy por hoy, es el emblema de la antidemocracia. No hay división de poderes públicos, el Ejecutivo, Ciudadano y TSJ desconocen a la Asamblea Nacional, la Guardia Nacional ha pasado a ser un simple custodio represivo, el orden social está en manos de los pranes (delincuentes presos con poder económico producto de la ilegalidad), en los hospitales los que venden medicinas, vías, suero…, a precios exorbitantes, son los panes…No hay institucionalidad y por ello ingobernabilidad.

Siempre pensamos que no podemos estar peor, pues sí, sí podemos estar peor. Ahora, las niñas en lugar de ir a una fiesta a buscar novio van a la cárcel, donde encuentran status económico para sobrevivir, la droga corre en las escuelas, son los niños los que venden pornografía, niñas embazadas que todavía no cumplen la mayoría de edad cuando tienen 3 hijos… Entre tanto los bachaqureos de carros, repuestos, comida, medicinas…En lugar de cadena de producción tenemos cadena de corrupción. El chavismo potenció el vivo criollo venezolano que se aprovecha de toda esta descomposición para beneficiase, sin ver el autogol, porque él es parte del problema.

Entonces, más allá de la crisis institucional que produce ingobernabilidad el problema es de nosotros como sociedad. Para cambiar las cosas tenemos que cambiar nosotros, en un comportamiento colectivo que nos cohesione en el logo de objetivos comunes, que atiendan a mejorar nuestra calidad de vida. La calidad de vida de todos y no de una familia o de alguno, en particular.

Ese es el real cambio ¿Cuándo comenzamos?