Un fotógrafo capturó con un dron unas impresionantes imágenes de la caída del agua de una presa del centro de China, una espectacular atracción para miles de turistas que la visitan cada año.
AFP
Enormes y atronadoras trombas de agua brotaron de los conductos de la presa de Xiaolangdi por el curso del río Amarillo, en la provincia de Henán, provocando olas, vapor y gigantescas cascadas.
La descarga del agua en la presa tiene como objetivo eliminar el lodo acumulado en el depósito detrás de la construcción.
El río Amarillo es conocido por su turbiedad, de la que saca su nombre.
Las monumentales cascadas provocadas por la liberación de agua atraen cada año a numerosos fotógrafos, pero las imágenes aéreas de los torrentes de agua realizadas el martes permitieron observar todo el esplendor del acontecimiento.
Las fotografías, hechas desde el cielo con un dron, mostraban enormes lenguas de agua llenas de lodo expandiéndose río abajo.
Para atraer a los turistas, la cercana ciudad de Luoyang acoge como cada año durante una semana un “festival de olas”.
La edición 2016 está acompañada de descargas de agua diarias a horas precisas, con autobuses climatizados que traen a los curiosos hasta este lugar.
Las obras de la presa de Xiaolangdi terminaron en el año 2000, costaron 3.500 millones de dólares, y produce unos 5.000 millones de kWh de electricidad al año.
En las últimas décadas, China lanzó una masiva serie de construcciones de presas, como la de las “Tres Gargantas”, la más grande del mundo en términos de capacidad.
Sin embargo, los detractores de estas obras hidráulicas señalan su impacto ecológico, sobre la fauna acuática, y sobre los habitantes, habiendo tenido que reubicar a cientos de miles de personas, a veces a cambio de unas indemnizaciones consideradas insuficientes.