Un socio incómodo invade los distintos espacios internacionales. Hasta hace poco la OEA sirvió de escenario para el debate sobre los asuntos venezolanos y, a pesar del esfuerzo propagandístico del gobierno de Maduro y de los pocos publicistas que aún le quedan en el mundo, no pudo confundir a la opinión pública acerca de la dramática situación social que viven los venezolanos y, del no menos importante, déficit democrático que exhibe.
Mal parado salió de la OEA. En un enjundioso informe Almagró, a pesar de los obstáculos presentados por la delegación del gobierno, logró presentar la gravedad de la realidad que afecta a Venezuela. La crisis venezolana fue, nuevamente, una vez más, desnudada ante los países miembros de esta organización internacional.
De Washington al Sur
No siendo suficiente los varapalos recibidos por el gobierno en la OEA, la cuestión se traslada para un escenario en la que alguna vez Chávez posó sus ojos para sentirse a sus anchas: el Mercosur. Los revolucionarios venezolanos, si acaso los son, escogieron ese escenario regional como su trinchera de lucha. Allí tendrían socios y amigos para reforzar sus retrecherías y esconder los efectos devastadores de su política local.
La vida de los pueblos no es estática, se mueve, cambian y aparecen nuevos actores, en particular, en los regímenes democráticos donde existe la alternancia del poder. Los amigotes, suerte de hipócritas y alcahuetes, ya no están; su fue Lula y de la sra. Rousseff ya sabemos sus circunstancias, la familia Kirchner también fue desalojada del poder. La región ya no tiene quien sonría al Socialismo del Siglo XXI.
Ahora corresponde a Venezuela ejercer la presidencia Pro Tempore del Mercosur, no por algún mérito particular, no por una candidatura de extraordinario brillo. Nada de eso, es mucho más simple, después de la “u” viene la “v”. El ejercicio de tal función se designa por orden alfabético y nada más.
Paraguay como país miembro del Mercosur ha sido enfático sobre el asunto al afirmar que tal designación no debiera ocurrir y en ello trabaja. En esa misma dirección se oyen las voces desde el Palacio de Itamaraty. .
La designación de Venezuela en la presidencia Pro Tempore de Mercosur que debía realizarse en una Cumbre de Presidentes en Uruguay ha quedado suspendida. Los uruguayos tienen el problema claro. Por un lado, marcan diferencia con el sector de Pepe Mujica al señalar que lo que corresponde es entregar la presidencia a Venezuela por razones jurídicas. Lo jurídico priva sobre lo político, en clara alusión al expresidente uruguayo que antes había dicho lo contrario. En el ínterin del debate impuesto por Paraguay y Brasil, el canciller uruguayo señaló sobre la democracia en Venezuela: “yo diría autoritaria, pero no hay una ruptura institucional”.
Bussines are bussines
Los uruguayos más interesados en lo suyo, en el mantenimiento de buenas relaciones comerciales con sus socios cercanos, seguramente entregarán la presidencia a algún funcionario venezolano sin permitir mayores estridencias a los pocos incondicionales de Maduro en la región.
Los fundadores del Mercosur tenían claro sus objetivos y no eran otros que crear un espacio que “generara oportunidades comerciales y de inversiones a través de la integración competitiva de las economías nacionales al mercado internacional.” Además, introdujeron en el Protocolo de Ushuaia la obligatoriedad de la plena vigencia de las instituciones democráticas como una condición fundamental.
Por lo pronto, valdría la pena preguntar el estado de los compromisos adquiridos por Venezuela en los artículos 4to y 5to del Protocolo de Adhesión al Mercosur. Acaso cumple con lo establecido respecto a la zona de libre comercio, con la unión aduanera… O incumple con todo.
@LeoMoralesP.