Me siento muy incómodo con la idea de saber a la oposición dialogando con el gobierno, la verdad, no sé sobre que pudieran sentarse a conversar. Estoy convencido que el gobierno hace mucho rato ya, perdió su talante democrático, por supuesto, mi argumento no está basado en cómo llegó al poder el presidente, si ese fuera el caso, hasta Hitler debería ser considerado un demócrata, no, de lo que se trata es del respeto a la constitución, a esas reglas que garantizan equidad y que no están sujetas a interpretaciones enrevesadas, pero, si aún usted tiene dudas con respecto al talante democrático del gobierno, el diálogo es su mejor alternativa, el clímax de su lucha política.
No recuerdo ningún ejemplo histórico de diálogo con dictadores, estos no suelen querer: Escuchar, ceder o cambiar; todo lo contrario, se dedican a imponer y para ello utilizan todas las instituciones del estado a su disposición y lo que no pueden imponer por las buenas, se aseguran de imponerlo por la fuerza. Claro, pudiera estar equivocado, seguramente el dialogo es un evento natural en la lucha contra las dictaduras, tanto, que su carácter protocolar y cotidiano no nos permite que estos eventos destaquen en las historias, ó pudiera ser que, considerando que la historia la escriben los vencedores, quien derrotó a su tirano de turno, también se avergonzó de haberse sentado, en algún momento, a dialogar con su opresor, por lo que prefirió omitir algunos detalles, la verdad es que, es difícil encontrar algún registro de dialogo con estas características.
Hace tan sólo días el presidente Nicolás Maduro, proponía un diálogo impuesto, prácticamente retaba a la oposición a sentarse a dialogar y ante semejante orden, la oposición ¿Qué hizo? Tímidamente, pedir condiciones para el encuentro, en el cual no todos los factores de esta coalición tendrán representación.
Ahora, toca esperar el show mediático, gobierno y oposición se preparan para verse cara a cara, pero, la oposición ahora exige hablar sobre el revocatorio «No les basta con reconocer al gobierno en un ámbito democrático, sino que también quiere circunscribir el encuentro a un trámite burocrático»
Por supuesto que el gobierno no se va a poner la soga al cuello, pero, la oposición tampoco ayuda. Estamos en una espiral de silencio que parece extenderse al pensamiento de la dirigencia opositora. El deber ser, es que la oposición estuviera exigiendo, en protestas populares, elecciones presidenciales adelantadas, es decir, exigir la renuncia inmediata para acabar con el HAMBRE de una vez por todas, pero no, el discurso está secuestrado, lo más arriesgado es, pedirle al gobierno que, por favor, sea bueno y nos permita firmar (recolección del 20% de firmas del registro electoral permanente) para ver si podemos convocar en un largo tiempo (el gobierno ya sentenció marzo 2017) el referéndum revocatorio.
Yo no me veo representado en ese diálogo y estoy seguro que muchos venezolanos, tampoco. Mientras ellos, se encuentran alrededor de una mesa repleta de comida (por lo menos deben cuidar que no salga reflejada en cámara), los venezolanos pasamos hambre, un hambre dura, que ya no podemos ni administrar. A muchos, no nos interesa el cómo, lo que queremos es que se vaya y falta muy poco para que finalmente nos demos cuenta que, para sobrevivir, tenemos que luchar, con o sin la oposición.