De brazos cruzados permanece el personal de saneamiento ambiental del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda. Este miércoles tomaron la decisión de irse a paro indefinido luego de un duro año de trabajo en el que, según cuentan, hicieron milagros para cumplir con el aseo del hospital, sin la dotación de insumos de limpieza.
No tienen cloro, desinfectante, alcohol en gel, jabón bactericida, solución para esterilizar, desengrasante, cera, curadores de piso, papel higiénico ni bolsas plásticas. La última dotación la recibieron hace un año, anteriormente llegaban 200 litros de cada producto, cada mes.
“Ahora ni siquiera vinagre tenemos para desinfectar” dice Carmen Medina, camarera de pabellones, un área que está crítica. Medina expone que cargaba el mismo cubrebotas quirúrgico desde hace una semana, cuando el deber es cambiarlo cada vez que entra y sale del área.
“No voy a limpiar sólo con agua porque no voy a poner en riesgo la vida de los pacientes” señala la trabajadora, y agrega que hasta ahora habían cumplido con el servicio gracias a los familiares de los pacientes quienes les regalaban productos artesanales.