Cuando se alude al término felicidad, comúnmente vienen a la mente las caricaturas y fantasías más grotescas que la sociedad implanta en el imaginario colectivo: una relación de fantasía con la persona perfecta, el mejor trabajo del mundo, que sea muy bien pagado y una vida llena de felicidad, tiempo libre y placeres. Así lo reseña toyfeliz.net
Desgraciadamente, la noción contemporánea de felicidad no corresponde a la realidad. Es imposible mantener todo el tiempo una vida llena de alegría, donde no hay espacio para los sinsabores y las tristezas. Los príncipes encantadores y las cortesanas están bien para las historias de fantasía, pero en la realidad todas las relaciones se construyen diariamente sobre la base de amor y confianza mutua, en un plano en el que nadie es perfecto y la norma es el error: para aprender a andar, se requiere caer cuantas veces sea necesario.
El primer paso para alcanzar la verdadera felicidad es desprenderse de todas esas concepciones que crean un ideal inexistente, que sólo llena de frustración y desencanto a quienes crecen y mantienen un idealismo miope que niega todas las tonalidades de la vida. Despréndete de todos los complejos de la sociedad decadente y aprende a ser feliz sin importar lo que indiquen las convenciones sociales en turno. Estas son siete cosas que por más que estén implantadas en el ideal de realización personal, no son necesarias para ser felices:
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