Juan Bimba, es decir, el ciudadano de a pie, primero quería cambio y ahora lo reclama a voz en cuello, por eso, receloso asiste a este sainete político sin descubrir una tendencia favorable hacia él en aquellos empeñados en seguir con la cháchara socialista desde Miraflores, perdiendo la razón, con anuncios que no dicen nada como el de Maduro al referirse al aumento de matrícula escolar o aquel del relegado de la Vicepresidencia al hablar de un aumento salarial que no debería sorprender a nadie; o anuncios que dicen mucho del talante autocrático del régimen: “Venezolanos, trabajadores públicos y privados, serán reasignados obligatoriamente a labores agrícolas”, “no habrá diálogo porque no habrá referendo”, sin anestesia, porque en el fondo para el régimen no somos más que una estadística, en el mejor de los casos, nos miran a través de indicadores manipulados de reducción de la pobreza y producción que los lleva a desvariar afirmando que los 15 motores de la Agenda Económica Bolivariana que ha impulsado el Gobierno Nacional han “rendido sus frutos”.
En democracia, cuando esos gobernantes, con un discurso que no oculta sus apremios, prescinden del pueblo que le dio legitimidad en el ejercicio del poder, asistimos a la instauración de un gobierno de facto, algo que habría ocurrido desde el momento que la comadre Lucena incumplió valiéndose de una treta poco convincente, si tomamos en consideración que quieren robarle a los venezolanos el derecho al revocatorio, que la intención es inhabilitarnos a todos como electores, no sólo porque saben que 8 de cada 10 venezolanos quieren que se realice un referendo revocatorio contra Nicolás Maduro sino también porque la tendencia o dinámica totalitaria desarrollada por estos socialistas trasnochados pasa por la destrucción de los derechos del hombre, hasta someterlo a una soledad e indefensión absolutas. Los medios para realizar tales tareas fueron más notorios los días martes 26 y miércoles 27 de junio de 2016, a la par de mecanismos de intimidación y manipulación empleados desde hace tiempo ya para una dominación totalitaria, esto es, para llevar a cada venezolano a una total soledad mediante la anulación forzada de su condición política.
En sentido político e inverso al clamor popular, el propósito de régimen no es otro que lograr una situación de sujeción del pueblo, de modo tal que su voluntad se encuentre anulada o limitada para tomar decisiones fundamentales, en ese escenario es lógico que pierda supremacía la Constitución, cuyo menoscabo deja sin valor leyes y normas, por eso no debe sorprendernos la conducta de las comadronas, al contrario debe motivarnos a cerrar filas frente a estos facinerosos.
Cualquier información o sugerencia por mi dirección electrónicajolcesal@hotmail.com, el teléfono 0426.1529612 o por mi cuenta en Twitter @jolcesal