Los “Narcosobrinos”, Efraín Antonio Campo Flores y Francisco Flores de Freitas, fueron detenidos en Haití, el 10 de noviembre de 2015, con un cargamento de 800 kgs de cocaína que pretendían transportar hacia Estados Unidos. La detención fue resultado de más de nueve meses de investigación de la DEA y un procedimiento en el que participaron agentes encubiertos en una “operación controlada”. Los detenidos fueron trasladados a la ciudad de Nueva York, en EE UU, donde una fiscalía del Distrito Sur presentó cargos contra ellos.
Como venezolano esperé que, después de la detención de los sobrinos de la pareja presidencial de Venezuela, el gobierno emitiera un pronunciamiento oficial que aclarara al país lo ocurrido, pero eso nunca aconteció. Es regla universal en cualquier país del mundo que frente a hechos que involucren a gobernantes o afecten el nombre de su nación, el gobierno informe inmediatamente a la población los acontecimientos y fije posición al respecto. Sin embargo, en Venezuela no hubo nadie que explicara al país lo ocurrido o fijara posición frente una contundente vinculación de la República con el tráfico internacional de drogas. Solo, a los pocos días, frente a la presión social y mediática que pendía sobre el caso, salió Diosdado Cabello Rondón, el vocero menos calificado por estar señalado internacionalmente como jefe del “Cartel del Sol”, en un programa moderado por él y transmitido por el canal del estado a decir “Yo no lo veo como una detención, secuestraron a esas personas”, “es muy irregular la actuación de la DEA en este caso” y calificó el operativo como una “olla bien montada”.
Dos meses y medio después de la detención de los muchachos, la “Primera Dama” de la República y diputada, respalda la tesis de que sus sobrinos fueron secuestrados. La verdad es que de ollas sabe bastante el gobierno y especialmente Diosdado, pero lo cierto es que, frente a la contundencia de los hechos, no les quedó más remedio que asumir la posición de víctimas.
Sin embargo, el tiempo va poniendo las cosas en su lugar. En noviembre de 2015 comenzó el juicio de los narcosobrinos con la defensa de bufetes privados pagados en dólares por un tercero, seguramente a cuenta de todos los venezolanos. En diciembre, ambos jóvenes se declararon inocentes de los cargos federales, que conllevan una posible sentencia máxima de cadena perpetua. Sin embargo, siguen detenidos y el proceso legal continúa, de tal manera que todas las pruebas estén presentadas antes del 1 de julio y que el juicio arranque formalmente el 7 de noviembre.
Según reportan los medios, en la Corte reposan documentos según los cuales los sobrinos de Cilia Flores y Nicolás Maduro, asegura que estaban en posesión de cocaína de alta pureza suministrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El Agente Especial de la DEA, Sandalio González, le preguntó al hijo adoptivo de Cilia Flores, Efraín Campo Flores, si conocía el origen de la droga que pensaba negociar para su traslado hacia los Estados Unidos a lo cual respondió “La droga se le da las FARC”, según las declaraciones de ambos acusados, un hombre apodado “El Gocho” sería el encargado de suministrar la droga. Campos Flores y su proveedor se conocieron a través de un tal “Hamudi”.
A pesar de la contundencia de las pruebas que cursan el expediente penal de la Corte de Nueva York, el Alcalde de Caracas Jorge Rodríguez, vocero del PSUV el pasado martes 26 de julio, tuvo la desfachatez de afirmar categóricamente que los narcosobrinos habían sido secuestrado en Haití. Es insólito que afirme semejante barbaridad sin prueba alguna, pero estas cosas solo pueden ocurrir en el mundo al revés que vive Venezuela. Estos narcobandoleros del gobierno creen que los venezolanos somos bobos al hacernos creer que después de casi un año de detención, los narcosobrinos fueron secuestrados.
La conexión del gobierno con el narcotrafico es muy evidente, las declaraciones y pruebas reveladas por la fiscalía de Nueva York hace unos días son más que elocuentes.
Lo que era un secreto a voces se reconfirmo, que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) usa los puertos y aeropuertos de todo el país para la exportación de la droga al mercado mundial. ¿Y quién es el jefe de todas las aduanas, puertos y aeropuertos de todo el país? José David Cabello Rondón, el hermano de Diosdado Cabello, ¡Qué tal! Además de las declaraciones sobre el vínculo de las FARC con el gobierno de Venezuela, desde que Hugo Chávez llego al poder, el “humilde sobrino” declaró que en los últimos años a través de P.D.V.S.A se había ganado por la corrupción la módica suma de 10.000 millones de dólares.
Esa es la vida “modesta y honrada” de la familia presidencial que andan en vuelos privados, poseían “humildes” vehículos de marca Ferrari, armas de guerra, pasaportes diplomáticos. Ha sido tanto el descaro de los muchachitos que reconocen que aportaron dinero sucio de la droga para la campaña del P.S.U.V y especialmente para la candidatura de su tía. Ahora nos explicamos porqué la directiva del PSUV defiende a los narcosobrinos, ¡son sus financistas!
Los Jefes del P.S.U.V están acostumbrados a tapar verdades, a ser cómplices y protectores de cuanto delito cometen sus afiliados. Recordemos a la Magistrada del Tribunal Supremo de Justicia Miriam Morandy cuando saltó a la palestra pública por estar en compañía de Richard Cammarano durante su detención en el aeropuerto Internacional de Maiquetía, quien estaba solicitado por dos tribunales de Caracas por el delito de tráfico internacional de drogas. Obviamente que su relación como comadre de Cilia Flores la salvó de ser castigada por encubrir este tipo de operaciones ilegales. Definitivamente el narcotráfico ha penetrado el gobierno en todos sus niveles. En cualquier otro país del mundo todo lo relacionado a la familia presidencial es seguridad de Estado, pero ¿Dónde están los organismos de inteligencia del Estado Venezolano?
Este gobierno además de arruinar al país, convirtió a Venezuela en un centro global de tráfico de cocaína y lavado de dinero. Por ello hay que actuar contundente e implacablemente y sacar a los narcogobernantes de Miraflores. Para recuperar la dignidad y la moral de los venezolanos trabajadores que han sido desplazados y humillados por sus propios dirigentes. Por eso seguiré dando la pelea con lo único que me queda MI PLUMA y MI PALABRA.
José Gregorio Briceño Torrealba
“El Gato” Briceño.
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