El alcalde de Valencia, Miguel Cocchiola, lamentó que el uso mezquino de la política ponga en riesgo la salud de más de un millón de valencianos, al mantener cerrada sin justificación, y de forma intermitente, el relleno sanitario La Guásima, administrado por el Gobernador Ameliach, evitando que se cumpla el ciclo de recolección acumulándose la basura.
El alcalde Cocchiola aseguró que este miércoles 10 de agosto, el relleno de La Guásima sigue cerrando por más de 20 horas, solo abre entre 2 o 3 horas diarias, lo que es sin duda insuficiente para que los camiones de Valencia, cumplan sus rutas, descarguen y vuelvan a las comunidades a seguir trabajando con normalidad. “Cada minuto, cada hora con La Guásima cerrada significa basura en las calles, en las comunidades, esto quiero que quede muy claro, sin tener dónde botar la basura, es imposible que Valencia este limpia, y se pone en riesgo la salud de más de un millón de ciudadanos, entiéndalo Sr. Gobernador”.
Cocchiola recordó que según datos manejados por el Instituto Municipal del Ambiente (IMA) durante todo el mes de julio y lo que va de agosto, La Guásima solo ha trabajado en un 23% de su capacidad operativa. “Es gravísimo que sin razones técnicas coherentes el único vertedero donde Valencia tiene permisado botar la basura cierre tantas horas en un mes, cómo cumplimos nuestro trabajo, si ha permanecido cerrado el 77% del tiempo útil, es decir de 960 horas (40 días x 24 horas), estuvo cerrado 739 horas, eso no tiene justificación alguna”.
“La Guásima tiene que trabajar las 24 horas del día, en 4 turnos de 6 horas, para que los camiones de Valencia puedan cumplir con los cronogramas, responsablemente les digo, que si hay basura en las calles es culpa de quienes administran el vertedero, la salud de los valencianos no puede ser objeto de disputas políticas, los llamo a la reflexión”.
Para finalizar el alcalde Miguel Cocchiola instó a todos los sectores sociales, grupos ambientalistas, factores democráticos y quienes verdaderamente aman a Valencia, a enfrentar estas prácticas retrogradas de la política que atentan contra el bienestar de los ciudadanos, y que son parte del modelo que Valencia, Carabobo y Venezuela quiere revocar y erradicar para lograr el progreso que tanto se anhela. “Esto no puede continuar, en manos de quienes administran La Guásima está la salud de un millón de valencianos, basta de hacerle pasar al pueblo tanto trabajo”.