Tras la cadena de atentados que causó cuatro muertos y 35 heridos -entre ellos diez extranjeros-, el 11 y 12 de agosto pasados, Tailandia perdió unos 200.000 turistas extranjeros según informó el presidente de la Autoridad del Turismo de Tailandia, Yuthasak Supasorn. Catorce bombas estallaron en seis provincias, dos de ellas principales destinos turísticos muy visitados por sus increíbles playas: Phuket y Hua Hin.
La ciudad portuaria de Hua Hin, tradicional retiro vacacional de Bangkok, fue las más castigadas con los atentados, al registrar dos muertos y 24 heridos, entre ellos los turistas extranjeros.
Mirá también: Las 10 mejores islas del mundo
Las autoridades tailandesas habían previsto superar este año los 30 millones de visitantes. Así que en los próximos meses intentarán recuperar turistas a partir de cinco medidas extraordinarias que emperán con un festival de música, danza y deportes en Hua Hin durante la primera semana de septiembre.
Otras medidas son declarar el 26 y 27 de septiembre fiestas nacionales con ocasión del Día Mundial del Turismo y ofrecer premios especiales al turista número 30 millones y al número 34 millones (esta cifra es la meta para 2017).
Una campaña nacional de promoción turística completa la estrategia diseñada por la agencia estatal.
Mirá también: Agua transparente, un sueño cumplido en 10 destinos del mundo
Mientras la Autoridad del Turismo de Tailandia trabaja para evitar mayores pérdidas económicas, las fuerzas de seguridad persiguen a los culpables. La versión oficial atribuye la causa de las explosiones a motivaciones políticas, pese a que las pruebas científicas apuntan al movimiento separatista musulmán que opera en el sur del país.
Fuente: EFE