Una docena de municipios han prohibido ya en Francia el uso del “burkini” en sus playas, informó hoy el diario “Nice Matin” sobre una medida que goza del respaldo del primer ministro, Manuel Valls. EFE
A Cannes, Villeneuve Loubet y Mandelieu se han sumado Saint Jean Cap Ferrat, Beaulieu sur Mer, Eze, Villefranche y Cap d’Ail, lo que eleva a ocho las prohibiciones en la Costa Azul francesa.
Sus motivaciones son similares, según “Nice Matin”, y frenan el acceso al baño a quien no disponga de un traje “correcto, que respete las buenas costumbres, el principio de laicismo y las reglas de higiene”.
En el resto de Francia, Sisco, en Córcega, Le Touquet y Oye Plage, en el norte, y Leucate, en el sureste, han adoptado esa misma prohibición o anunciado su intención de hacerlo en próximos días.
Los alcaldes partidarios de la prohibición recibieron ayer el apoyo de Valls, que, en una entrevista al diario “La Provence”, consideró que esa prenda “no es compatible” con los valores de Francia.
“Las playas, como todo espacio público, tienen que preservarse de toda reivindicación religiosa”, opinó el primer ministro, para quien el “burkini” “no es una nueva gama de trajes de baño, una moda”, sino “la traducción de un proyecto político, de contrasociedad, basado principalmente en el sometimiento de la mujer”.
El socialista Valls descartó legislar al respecto y apostó, en cambio, por el cumplimiento firme de las leyes en vigor contra el burka, que cubre todo el rostro, y el niqab, que solo deja ver los ojos, y de la que proscribe en centros educativos de primaria y secundaria todo signo religioso ostentoso.
El partido conservador Los Republicanos, principal grupo de la oposición, y al que pertenecen buena parte de los municipios que han vetado el “burkini”, no se ha posicionado como tal contra esa prenda, pero algunos de sus representantes reclaman al Ejecutivo medidas específicas.
Legislar “es lo mínimo que debe hacer”, dijo hoy la diputada europea y candidata a las primarias de Los Republicanos Nadine Morano en el diario “Le Figaro”, donde acusa al Gobierno de laxo.
“El ‘burkini’ es la declinación del velo integral en la playa. (…) Es una publicidad ambulante para el islam radical que los franceses ya no soportan. Propongo endurecer la ley”, pidió Morano, que quiere incluso expulsar del territorio a aquellas mujeres reincidentes que no sean de nacionalidad francesa.
El exprimer ministro conservador François Fillon se limitó en Twitter a respaldar a quienes han vetado el “burkini”, mientras que la líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, se alineó con Morano al decir que ese bañador islámico “debe ser proscrito de las playas francesas”.
“Es una cuestión de laicismo republicano, de orden público, ciertamente; pero más allá, se trata de la esencia de Francia: Francia no encierra el cuerpo de la mujer, no esconde a la mitad de la población bajo el pretexto erróneo y odioso del miedo a la tentación de la otra mitad”, concluyó.