Cuando alguien se ahoga y actúa con desespero, se hunde más rápido. Eso le pasa al hamponato chavista, cuyas actuaciones sumarán miles de personas a la Toma de Caracas este 1ro de septiembre. La obsesión por frenar las múltiples marchas, la represión y demás tropelías convertirán en noticia internacional lo que pudiera ser una simple movilización ciudadana, evidenciará ante el mundo el talante autocrático del régimen, mostrará su rostro militarista y sus rodillas peladas de tanto arrastrarse al poder cubano.
Vendrán más medidas desesperadas pues el régimen se siente acorralado por la presión nacional e internacional. Y no vamos a decir que no hay miedo, debe haberlo pero no es tan grande como el temor a que esta cúpula podrida del PSUV siga desangrado el país y le arrebate definitivamente el futuro a nuestros hijos. En el campo democrático puede haber miedo pero lo superamos, somos un pueblo de valientes y tenemos grandes esperanzas. Mientras que del lado del gobierno están aterrados, el culillo los embarga y sus actuaciones demuestran la cobardía de una élite corrupta que se ha quedado sin opciones y nada tiene que ofrecer.
Los valientes buscan la luz, vencen el miedo y superan las adversidades, así es nuestro pueblo. Los cobardes prefieren las sombras, son derrotados por sus temores y solo traen calamidades. Pues bien, queda claro que este es un gobierno de cobardes, carentes de otro futuro que no sea tras unos barrotes o como prófugos de la justicia y de su propia consciencia. En esta hora aciaga, imposibilitados de promover la esperanza, solo le queda sembrar miedo para disimular el suyo. Para ello apela a esa cúpula militar que le lame las botas a los Castros y se besuquea con el narcotráfico. Sin duda, las desesperadas actuaciones de este gobierno son vergonzosas y muestra su decadencia política y moral. Con más razón, el primero de septiembre nos vemos en las calles de Caracas… #YoRevoco
Twitter: @richcasanova
(*) Dirigente progresista / Vicepresidente ANR del Colegio de Ingenieros de Vzla.