Brasil y el resto del mundo se despidieron la semana pasada de los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica con una última fiesta que también inició la transición hacia los Juegos de 2020 en Japón. Los 16 días de espectáculos en Río de Janeiro combinaron numerosos momentos brillantes con episodios feos e incluso insólitos que en ocasiones hicieron sombra al deporte. Miles de aficionados enfrentaron fuertes vientos y lluvias para ver la ceremonia de clausura en el emblemático estadio Maracaná.
El gobierno de Colombia y el mayor grupo rebelde del país alcanzaron un acuerdo para poner fin a medio siglo de hostilidades, uno de los conflictos armados activos más antiguos del mundo. El acuerdo negociado por el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia durante cuatro años de conversaciones en La Habana debe ratificarse en un referendo el 2 de octubre para entrar en vigor.
En Bolivia, mineros en huelga secuestraron y mataron a golpes al viceministro de Régimen Interior Rodolfo Illanes en un brote de violencia tras semanas de tensiones por sus menguantes ingresos, en una región golpeada por el declive en el precio de los metales. Los mineros reclamaban que se les permitiera trabajar con empresas privadas, que prometieron que ganarían más dinero.
Parejas de Argentina, Colombia, Chile, Bolivia, Japón, Italia y Rusia participaron en las rondas de clasificación del Campeonato Mundial de Tango en una demostración de abrazos, pasos y ritmos para medir su talento. El espectáculo anual en Buenos Aires, Argentina, muestra artistas en ascenso, llama la atención sobre referencias históricas y atrae a una multitud de aficionados al baile. AP